Por Álvaro Serna M.

Es común entre los maestros pensar que si se domina la materia (la lección y materiales afines), ya están preparados para enseñar. Pero no es así, ya que el maestro necesita conocer a sus alumnos, si desea que la enseñanza sea efectiva y debe comenzar con el alumno donde él se halle. Quiere decir que cuanto más sepa de él más podrá dirigirlo en el proceso de aprendizaje.

Aquí tenemos algunas sugerencias que ayudarán al maestro a conocer a sus alumnos.

1. Debe saber lo que el alumno ignora. Mientras un maestro suponga que un alumno sabe lo que en realidad no sabe, no estará en condiciones de enseñarle. El maestro debe saber hasta dónde llega el conocimiento de su alumno.

2. Debe conocer el vocabulario del alumno. Es posible que en la enseñanza usemos el lenguaje ordinario de nuestras conversaciones diarias pero para algunos alumnos sea desconocido. Recuerdo haber escuchado a alguien que dijo de un hombre que fue al mercado público y preguntó: ¿A qué precio el kilo de esos fusiformes vertebrados, acuáticos marinos, selacios cartilaginosos? , para preguntar sencillamente; ¿a qué precio era el kilo de pescado?

3. Debe conocer la personalidad y la vida de cada alumno, Conocer sus gustos, sentimientos, deseos, ilusiones, manera de pensar y obrar, su vida familiar.

Es importante conocer la materia que se va a enseñar, pero es importante y necesario conocer a quién se va a enseñar. Muchos pueden dominar aquello, pero no llegan a conocer a sus alumnos.

Por supuesto algunas de estas cosas no se pueden captar en la clase, sino que deben averiguarse en el hogar, en el trabajo, en la escuela, y cuando el maestro esté con su alumno a solas.

En general mientras el maestro pueda pasar tiempo con sus alumnos los conocerá y de esta forma podrá amarlos, comprenderlos y enseñarlos.

Con permiso de la revista EL CONSEJERO