Por Carmen Cordero
Con todo y ser del polvo diminuta
me elevaste del fango a las esferas.
Me vestiste, dalmática impoluta;
saturaste de pámpanos mis eras.
Sobre la roca de mi vida hirsuta
vertió el agua de Horeb sus torrenteras.
El Jordán a mis plantas se hizo ruta
y fue día mi noche a tus lumbreras.
Tu Espíritu en mi carne me hizo fuerte
al investirme de poder y dones
con que vencer hasta la misma muerte.
Con todo y ser del polvo Tú has querido,
culminación de las culminaciones, lograr en mí,
¡Oh Dios!, tu parecido.
La poetisa Carmen Cordero reside en Camagtiey, Cuba
Carmen Cordero