Por Esperanza D. de Brooke
¿Qué pensamos de los niños?
Al decir “esas son cosas de niños”, muchos expresan un “sentido de que lo que hacen los niños es de poca importancia. Otros creen que los niños son una molestia; principalmente en los cultos porque hacen bulla o se duermen. Hay quienes consideran que los niños son un gasto tremendo… y lo son pero también son “muestras únicas”. Cada uno tiene un alma que jamás morirá.
Jesús se relacionó mucho con niños. A la ligera uno puede recordar varios casos en los que Jesús tuvo que ver directamente con ellos. Mateo 18:1-19-15 presenta una idea de cuánto le importan los niños al Señor Jesucristo.
Muchas asechanzas se arman contra la niñez de hoy. El enemigo sabe que el niño es moldeable y que más aprende oyendo mientras mira. Por eso ocupa la televisión para inculcar en la niñez que los vicios, la baja moral y la violencia son la vida común y que no se puede esperar otra cosa. Hogares deshechos por el divorcio, los abusos, el ocultismo, el comunismo y las drogas dañan a lo sumo a la niñez. ¿Quién detendrá este gran alud que intenta destruir a los chicuelos antes de que lleguen a ser adultos?
La iglesia. Esa es la respuesta. Consideremos, sin embargo, lo que hace la iglesia para ministrar a la niñez.
En la mayoría de los casos el ministerio con los niños está arrinconado. No se proporciona espacio adecuado y atractivo. No se buscan fondos para literatura adecuada Nadie se interesa en que se realicen actividades necesarias para la continuidad de la enseñanza.
El ministerio con niños se pone en manos de personas con poca preparación. ¡Hay iglesias que ni siquiera piensan en proporcionar ministerios para la niñez!
Las iglesias se preocupan por la celebración de grandes campañas. Se sacrifican para levantar edificios que han de acomodar a jóvenes y adultos. ¿Quién sabe qué planes tengan para alcanzar a los niños y para alimentarlos en la Palabra después? ¿Qué necesita Latinoamérica?
* Necesita hombres con visión y pasión, con la capacidad de ganar al 50% de su gente, que en este momento se desatiende.
* Necesita latinoamericanos que sean evangelistas de niños; evangelistas con amor y pasión por sus almas; adiestrados y apoyados por la iglesia.
* Necesita ejecutivos nacionales, líderes, maestros de institutos bíblicos capaces en todo aspecto de guiar y orientar a la iglesia en las mejores maneras de ganar a los niños y formar su vida en el temor de Dios.
* Necesita personas capacitadas para adiestrar a otros para que ellos a su vez preparen maestros a nivel de la iglesia local.
* Necesita un fuerte empuje hacia el ministerio con la niñez a nivel del Instituto de Superación Ministerial.
¿Qué hacer?
Hay que fortalecer y ampliar el clan de estudios ofrecido por el Servicio de Educación Cristiana. En los planes actuales se ve mayor enfoque sobre la enseñanza para adultos. Sin embargo más de la mitad de la población de Latinoamérica son niños.
Se deben efectuar cambios en el Plan Básico. Además de lo que ya se enseña en la sección de Educación Cristiana, debe haber estudios sobre la psicología del niño, la metodología para el niño y la evangelización del niño.
Para el estudio de la psicología del niño existen buenos libros. Por ejemplo: Conozcamos al alumno por C. H. Benson. Causas psicológicas del bajo rendimiento escolar por Barry y Patricia Bricklin, Editorial Pax.
Para el estudio de metodología con enfoque a la niñez: Métodos de enseñanza por Luisa Jeter de Walker (sección “El alumno ve”), Editorial Vida. Hacia una didáctica general dinámica por Emídeo G. Nerici (los primeros ocho capítulos), Editorial Kapelusz. Sugerencias para ayudas visuales por Leroy Ford, Casa Bautista de Publicaciones. Campamentos cristianos de la Asociación Internacional de Campamentos Cristianos, Editorial Mundo Hispano. Manual para el Departamento de Extensión de la Escuela Dominical por Olivia S. D. de Lerfn, Casa Bautista de Publicaciones. Células para niños por Esperanza de Brooke.
Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. Enviemos obreros a más de la mitad de Latinoamérica que espera oír de Cristo antes de que las drogas, el comunismo y el ocultismo los encadenen.
La misionera Esperanza Dymond de Brooke se crió en Centroamérica, por ser hija de misioneros. Trabaja incansablemente en todas las Américas a favor de la enseñanza bíblica para niños y la promoción de la Escuela Dominical. Acaba de filmar para video una serie de conferencias acerca de la organización de la Escuela Dominical. Reside con su esposo, Don Bill, en San José, Costa Rica.