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La esposa del pastor enfrenta peligros

Por publicado originalmente en CONOZCA edición 1998.1

Por Alma D. Ibarra de G.

CON EL AFÁN de conocer más acerca del trabajo pastoral me puse a leer un libro.  La descripción del ministerio que presentaba era muy fuera de la realidad.  Se relataba cómo un pastor tiene que sufrir.  No se niega que en el pastorado a veces hay que pasar muchos problemas e inconvenientes, pero no como lo pintaba el escritor.  El libro hacía que uno se sintiera enfermo.  Y no se diga cuando llegó el punto de hacer la descripción de la esposa del pastor.  Daba lástima como esta mujer sufría.

Este ministerio de la esposa del pastor está rodeado de hermosas experiencias.  El poder asociarse al siervo de Dios para cumplir con el llamamiento de guiar una grey puede resultar un trabajo apasionante.  Con todo hay que comprender la necesidad de enfrentar algunos peligros que se presentan con frecuencia.  Sabiéndolo hacer con la ayuda del Señor esta labor no será desagradable ni agobiante; al contrario, nos dará satisfacción y tranquilidad.

 

Peligros que acechan nuestra vida familiar

Nos enfrentamos en el hogar a un sin fin de peligros.  Pueden ser más serios de lo que pensamos.  Tal vez tomamos tan en serio el papel de esposa de pastor que olvidamos que ante todo somos madre y esposa.  No recordamos que nuestra tarea primordial está en nuestro hogar.  Sería muy lamentable poder ayudar a nuestras hermanas a rescatar a sus hijos del pecado y los nuestros estuvieran perdiéndose.  Nuestra responsabilidad es cuidar la vida espiritual de nuestros hijos, instruirlos en el camino del Señor y guardar un testimonio limpio delante de ellos.  Cuando nos ocupamos de este trabajo desde que ellos están pequeños vamos a evitar  muchos problemas cuando ellos estén mayores. Es un peligro fatal desatender a nuestros seres más queridos.  Su eternidad tal vez dependa de nosotras.

 

El peligro de la incomprensión de lo que es el ministerio

Cuando la esposa de pastor no comparte la misma carga que él, surgen problemas.  Pero cuando se tiene voluntad pueden ser resueltos.  Querramos o no, al casarse con un pastor, la mujer automáticamente pasa a ser “la esposa del pastor”.  Todo el mundo lo ve  de esta manera.  No queda más que hacer sino resolverse y tratar de ser la ayuda que el pastor necesita.

La cuestión puede resultar peligrosa porque muchas mujeres ni siquiera tratan de comprender este ministerio.  Tampoco se esfuerzan por superarse para ser útiles en la tarea.  Muchas mujeres, al contrario, se convierten en personas apartadas y tímidas.  ¡Alerta!

En muchas maneras se puede ayudar al pastor en su trabajo:  en la visitación, en la oración, en las actividades manuales de la iglesia.  ¡Qué triste que muchos pastores sean rechazados por su congregación debido a que su esposa no es la ayuda que él necesita!

 

El peligro de la competencia con el pastor

Si la esposa del pastor es egresada de la escuela bíblica, puede caer en un peligro.  ¿Cómo?  Al contrario de la preparación de la escuela bíblica llegar a ser una bendición para la esposa del pastor, puede empujarla a hacerle competencia con su marido.  Tal vez ella piensa que tiene un llamamiento más grande que ser esposa de pastor.  Comienza a sentirse frustrada porque no desarrolla su ministerio totalmente.  Tal vez se le haga poco lo que su esposo la deja desempeñar en cuanto a la predicación.  Eso trae a su vida cierto resentimiento.  Sin querer hace un comentario negativo de la predicación del domingo.  O realza su propio ministerio con algún miembro de la iglesia.

¡Alerta!  Detallitos así pueden ir alternando su paz.   Está en el peligro de la competencia.

La esposa debe caer en cuenta que no se ha perdido su ministerio;  al contrario, se ha complementado.  Ella tiene las mismas oportunidades que su esposo de hacer el trabajo del Señor.  Ser la esposa del pastor no es un ministerio de segunda clase.  Como esposa de pastor se puede influir en la vida de las personas.  La preocupación que ella muestra por la gente, el saludo amable y cordial, la palabra de comprensión que imparte, la sonrisa que da a los feligreses, todo ello hace que la gente de la congregación se sienta segura, amada, comprendida.  De veras que el ministerio de esposa de pastor es tan importante como el del pastor.

 

El peligro de permitir un espíritu de agresividad contra la iglesia

Debemos orar a Dios pidiendo que nos ayude a discernir a tiempo la posibilidad de permitir sentimientos negativos en contra de la congregación.  Es que podemos envolvernos en este peligro sin darnos cuenta.  A veces quisiéramos que no sucediera y cerramos los ojos a lo que llega a ser una realidad, pero es necesario detectar el peligro y combatirlo.

Hace algunos años en un pueblo cerca de donde pastoreábamos, la iglesia quedó sin pastor.  El encargado reunió a la congregación para saber qué hacer en cuanto a las elecciones del nuevo pastor.  Triste pero cierto, el único requisito que la congregación tenía para los candidatos era que fuera soltero.  El encargado sorprendido preguntó que por qué.  Ellos contestaron que habían tenido muchos problemas con las esposas de pastores anteriores.

Debemos tener cuidado de ser prudentes y discretas.  Tratando de aligerar un poco las cargas que lleva con respecto a la grey, el pastor deposita en su esposa asuntos confidenciales de los miembros de la iglesia.  A veces hace comentarios de lo que piensa de la congregación o el trato de la grey para con él.  Es lamentable si la esposa reacciona en una forma negativa al descubrir todos estos asuntos.  Ella puede traer una verdadera revolución a la iglesia y al pastor.

Que el Señor nos dé sabiduría para ser ayuda y no estorbo a nuestro esposo.  Tenemos trabajos más urgentes que hacer, como el de ser testimonio fiel de Cristo.  Hay almas que salvar para el reino de Dios.  No vayamos a prestarnos a asuntos que lejos de bendecirnos traen destrucción a la iglesia y vergüenza para el pastor.  El hecho de que andemos en chismes, murmuraciones y pleitos atenta a nuestra dignidad de mujer.  Esto definitivamente no es nuestra responsabilidad.

La gente nunca tomará en serio nuestro ministerio de esposa de pastor si nos dirigimos indignamente.  Pero si somos sabias, llevamos una vida recta y nos esforzamos para que Cristo sea formado en nosotras, estos peligros mencionados no harán estragos.  Podremos combatirlos con el poder del Espíritu Santo.  Aunque el enemigo siempre acecha, en Cristo somos más que vencedoras.

 

 

 

Alma D. de Ibarra G.

En varias iglesias de México Alma Delia Ibarra de Gómez ha hecho el papel de esposa del pastor. Ella y su esposo David Gómez Ruiz tienen cuatro hijos. En la actualidad levantan una nueva iglesia hispana en la ciudad estadounidense de Little Rock.


 
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Comentarios: 6

  1. Me he sentido muy bendecida con estos dos artículos que he leído sobre el rol de la esposa de pastor, soy esposa de un pastor en Colombia y hasta ahora estoy aprendiendo ha ejercer el rol que DIOS me ha dado y quiero hacerlo bien para la gloria de mi Señor Jesucristo y honrarle a El y a mi Esposo..

  2. jessica

    Que puedo hacer si trato de apoyar a mi esposo pero el prefiere a la iglesia ? No estoy molesta con la iglesia sino el afecto de mi esposo hacia mi no lo entiendo el me a dicho que el no me ama como ama a la iglesia y a Dios, y obviamente yo no tengo problema pero su actitud es difícil Yo siempre para el tengo la culpa yo no lo entiendo yo cuando le platicó lo que siento siempre son platicas absurdas No todo el tiempo es así pero no se que hacer el me dijo que a mi me quiere un 40℅ y el resto es para servicio a Dios y la iglesia pero su forma de decirlo me rompe mi corazón el me a galoneado me a golpeado y lo quiero pero nose quehacer me siento confundida respecto a la iglesia no se si dejarlo y que la iglesia se separe puesto que por ahora la iglesia esta en casa de mis padres hacisten familiares y vecinos y no se que hacer me duele sus indiferencias su hipocresía y su cruda manera de amarme.

  3. Norma

    Con todo respeto para usted debo decirle que su esposo no tiene el llamado para pastor ya que si no la ana a usted que su compañera y no la respeta como o con su exd autoridad podrá ser pastor si no sabe amar a los de su casa.

  4. Norma

    Soy esposa de pastor y nos movieron a una nueva iglesia. Pero desde que he llegado no me siento aceptada por las hermanas y en todo e sido criticada, me han llegado a faltar el respeto, por razones fuera de nuestro control mi esposo se vio en la necesidad de trabajar en algo secular lo cual le deja espacio limitado para la obra, pero la iglesia no provee lo suficiente para una familia pastoral y más aún que nos salieron gastos extras.
    Ellas quieren que yo las lidere en todo y creo que olvidan que es mi esposo su pastor y yo no.
    El rechazo y crítica de ellas me han echo sentir que no pueda relacionarme y trabajar a gusto, me siento juzgada a cada momento y no pierden ocacion para decirlo, un aún así quieren que yo las ayude y lidere.
    ¿Pero cómo hacer eso sí no me han dado la confianza y el como me han echo sentir me coibe?
    Cuando llegamos una de ellas lideraba la iglesia y se puede decir que eran o son las mujeres que hacen y deshacen en todo y sus esposos sólo están o hacen lo que ellas dicen. Participan más ellas que ellos y hacen sus propias reuniones en donde luego vienen y quieren que hagamos esto o lo otro.
    A penas a transcurrido un año y estoy desesperada por esta situación. Cada vez que tengo que reunirme con ellas es una preocupacion y extres, pues no se con que van a salir ahora.
    No se si las demás esposas de pastor han sentido o son como yo que no siente eso de predicar, al menos yo no he sentido que Dios me de mensajes o predicaciones, como dicen otras sentir, creo que por ser esposa de pastor no tenemos que predicar afuera a y este a sido otro grande problema, prácticamente estoy en todos los ministerios y aún así exigen más,que sea una líder.
    Me siento cansada y desesperada.

  5. Marco

    Hermana Norma no se si todavía esten en esa iglesia pero recuerde que Pablo tuvo que confrontar a la iglesia diciendoles Si tratara de agradar a los hombres no seria siervo de Dios y añadia me he hecho vuestro enemigo por decir la verdad

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