EL MINISTERIO DEL PASTOR CONSEJERO

por James D. Hamilton.

Kansas City, Missouri, EE. UU.

Casa Nazarena de Publicaciones, 1975, 141 páginas.

Buscan al ministro personas de todas las edades y con variados problemas que requieren consejo. El pastor no puede sustraerse a esta situación. Dar consejo acertado debe ser el propósito del ministro. Este es el enfoque del libro.

El objeto de este manual es servir de guía elemental al pastor que se inicia en esta fase de su ministerio.

La primera parte trata sobre los elementos básicos de la tarea de aconsejar. En el primer capítulo el escritor considera la naturaleza del pastor consejero. La labor de aconsejar es inseparable del servicio que el pastor brinda a las personas con quienes se relaciona. Esta tarea ha de llevarse a cabo con beneficio para los aconsejados. Para tal efecto el autor señala que es indispensable que el pastor haya aprendido primero a tratar con éxito sus propias necesidades más profundas; solo así podrá ministrar bien a los demás.

El libro define claramente los límites del ministerio del pastor consejero. Este trabajo se realiza entre dos extremos: El de recomendaciones solamente y la psicoterapia a fondo (normalmente el pastor no tiene la capacidad para aplicar esto último). Se señalan siete características que delimitan el aconsejar y se marcan los puntos fuertes y débiles. Resultará provechoso observar las indicaciones ofrecidas, pues el ministro realiza el trabajo de aconsejar más que ningún otro profesional.

El libro previene contra las posiciones extremas de la función de aconsejar del ministro. Se puede utilizar demasiado tiempo aconsejando o se puede mandar a los creyentes a orar al altar en vez de aconsejarlos. Ambas posturas tienen sus peligros, los cuales son señalados.

Comenzando en el capítulo V, la segunda parte del libro se relaciona con las técnicas y áreas del aconsejar.

James D. Hamilton recomienda que el pastor consejero no se entregue a ninguna escuela o teoría respecto al aconsejar. Todos los métodos de consejo se ubican entre dos extremos: directo e indirecto. Se sugieren algunas de las funciones del aconsejar o sea lo que el consejero debe hacer para ayudar al aconsejado.

En este manual se trata con sencillez y buen tino cómo llevar a cabo la entrevista y se considera el lugar “ideal” para realizarla. Si se observan las sugerencias se creará un buen ambiente al aconsejar. Un resumen de algunas cosas que el consejero debe y no debe hacer, le evitarán fracasos dolorosos en esta faceta tan importante de su ministerio.

Los capítulos VII, VIII y IX tratan sobre dar consejos premaritales, matrimoniales y a la juventud. Todas estas sugerencias y orientaciones son de mucho valor práctico. El pastor encontrará en esta sección del libro una ayuda eficaz.

El estudio concienzudo de la obra será de gran utilidad a los estudiantes de los Institutos Bíblicos y a los pastores. Los profesores de Teología Pastoral pueden sacarle provecho como libro complementario o de consulta para su clase. Los pastores se darán cuenta que esta es una obra sencilla pero muy útil.