Por Christian Thorne
Este artículo es el quinto de una serie que da orientación al ministerio del Servicio de Educación Cristiana.
Hace algún tiempo, una joven líder de nuestra iglesia se me acercó para pedirme un consejo. Ella deseaba prepararse para el ministerio y estaba indecisa entre varias opciones de seminarios bíblicos en Estados Unidos, pertenecientes a otras importantes denominaciones cristianas. Le di una breve ojeada a los documentos con el fin de darle la mejor asesoría y mientras pasaba las páginas vino a mi mente una pregunta que enseguida le lancé… ¿Por qué estudiar fuera de nuestro sistema educativo? Ella con tono de satisfacción y un toque de cinismo me contestó “quiero estudiar con los mejores”, añadiendo un lisonjero alago, “para ser como usted algún día”. Me sonreí y mirándole a los ojos le dije, “Este sistema educativo de las Asambleas de Dios, al cual evidentemente desprecias, es quien me formó.”
Asistí a la Escuela Dominical de la iglesia, luego me involucré en el servicio, por lo que ingresé a la Escuela de Liderazgo que nuestra iglesia ofrecía; continué mi caminar y al recibir mi divino llamado ingresé a nuestro Instituto Bíblico. Más tarde, en busca de mayor conocimiento y fervor me gradué de varios de nuestros programas latinoamericanos de licenciatura en teología como ISUM y la Universidad Martín Lutero, culminando con la Facultad de Teología de las Asambleas de Dios. Le insistí en mostrarle que, si realmente me admiraba como dijo al principio, debe reconocer que este imperfecto, autóctono, pero legítimo sistema educativo fue el que me formó… ¡y funcionó!
Este hecho me permitió valorar lo que con mucho esfuerzo hacemos en el SEC. Desde 1960 hemos desarrollado con la ayuda y dirección del Espíritu Santo, y el apoyo decidido del cuerpo misionero de Las Asambleas de Dios de Estados Unidos, un sistema educativo de formación teológica que responde no solamente a la sana doctrina bíblica, sino también a la realidad y necesidades muy concretas de nuestro contexto latinoamericano. Mucho hemos avanzado, siendo enorme la cantidad de institutos-seminarios bíblicos, extensiones, anexos, aulas y otros centros de estudio incorporados a nuestro sistema. Latinoamérica concentra el mayor porcentaje de estudiantes bíblicos de las Asambleas de Dios a nivel mundial, lo cual es un indicativo de éxito de nuestros procesos de evangelismo, formación de obreros y plantación de iglesias, obedeciendo así a la gran comisión que Cristo nos delegó.
Además de los primeros tres valores esenciales – formación integral, distintivo pentecostal y accesibilidad – ahora añadimos el valor de propiedad. El hecho de que el SEC pertenece a los países miembros y que somos propietarios del programa, responsables por su éxito, ha contribuido a mantener un compromiso alto con la educación cristiana. ¿Cuáles son los factores principales del valor de propiedad?
Directorio del SEC y su autonomía
La clara senda recorrida obedece a la fidelidad de nuestros programas e instituciones, a los valores fundamentales que inspiraron nuestra formación, sosteniendo así nuestro crecimiento. Cada institución y servicio que compone el SEC responde a una necesidad específica ministerial de nuestro contexto latinoamericano. Son precisamente los líderes conciliares de toda América Latina y su liderazgo educativo los que dan vida y autoridad a esta institución, convirtiéndose en el organismo de asesoría y coordinación por excelencia de la formación teológica de las Asambleas de Dios de Latinoamérica. Es nuestra identidad y desafíos en común lo que nos mantiene unidos y nos dan un sentido de pertenencia, sabiendo que lo que tenemos no son modelos importados, sino la respuesta natural a nuestras propias necesidades. Cada país miembro es independiente y autónomo, pero por convicción propia decide ceder parte de su autoridad a un organismo que represente los intereses comunes y haga una sinergia objetiva de los recursos que cada uno aporta.
El SEC posee un Directorio y una Comisión administrativa. El Directorio se materializa en la Asamblea Trienal, en la que todos sus representantes asisten para escuchar informes de gestión en cada área educativa por país y tomar así acciones. Cada tres años, el presidente (superintendente) del ejecutivo y el director de educación cristiana de cada uno de los veinte países miembros, se reúnen con la Comisión Administrativa del SEC para considerar el desarrollo de la educación cristiana de las Asambleas de Dios de América Latina. Se toman decisiones trascendentales para el desarrollo de la educación teológica, siendo sus decisiones implementadas en cada país.
SERVIVIO DE EDUCACIÓN CRISTIANA
La Comisión Administrativa del SEC es el ente gestor y supervisor de los programas, planes y asuntos administrativos de la Junta Directiva. Se reúne por lo menos una vez al año y la conforman los directores de las escuelas y servicios, el Presidente y dos vocales de FRAHMAD, y el Director de la región de Latinoamérica y del Caribe para las Misiones Mundiales de las Asambleas de Dios de los EE.UU. Entre ellos se elige un Coordinador quien preside este grupo.
Todo este engranaje administrativo y operativo hacen del SEC una organización con representatividad e identidad regional de suma importancia. Es la respuesta latinoamericana a la labor de formación teológica, y por ser nuestra, nos permite hacer los cambios necesarios para mantenernos vigentes ante los cambios sociales y la realidad de nuestros países.
Independencia del programa de estudio
Somos gestores de nuestros programas de estudio en cada nivel educativo. Nuestros programas fueron diseñados específicamente para capacitar obreros en áreas y temas de necesidad y competencia específicas. El programa siempre le ha pertenecido a las Asambleas de Dios y a los países de la región, por lo tanto, podemos modificarlo, actualizarlo, mejorarlo, adaptarlo o conciliarlo según se presente la necesidad. No hemos utilizado a otra institución u organización para formar nuestros obreros, sino, lo hemos realizado nosotros mismos basándonos nuestros propios valores y según nuestras prioridades. Esto es posible por ser un programa del cual somos propietarios.
Nuestros programas son la natural respuesta a la sana doctrina pentecostal, producto del desarrollo teológico de nuestros ministros y membresía en general. Históricamente somos producto de la labor misionera de Norteamérica en Latinoamérica, pero hemos alcanzado la mayoría de edad y podemos expresar nuestra cosmovisión cristiana, independiente del desarrollo cristiano de otros hemisferios del mundo.
Nuestros planes de estudio contemplan nuestros propios valores culturales, integrando principios intraculturales a la formación ministerial, sin afectar los fundamentos doctrinales transculturales que todo cristiano debe procurar seguir. Consideran los aspectos particulares de nuestras sociedades, tratando que nuestras instituciones produzcan ministros capaces de responder con efectividad a los retos que nuestro entorno sociocultural nos presenta.
Programa contextualizado y flexibilidad en implementarlo
Un beneficio importante de ser propietarios de nuestro programa es tener un plan de estudio contextualizado que refleja nuestros distintivos. Aunque somos una gran familia conformada por los diferentes concilios o conferencias de Asambleas de Dios en América Latina, entendemos que existen exigencias gubernamentales, condiciones sociales, tecnológicas y económicas diferentes en cada país. Es por ello que nuestra unidad de propósitos ministeriales no da la espalda a la contextualización, permitiendo su implementación y adaptación en cada país, sin alterar la sustancia de sus contenidos.
Por muchos años hemos llevado a cabo la labor educativa en nuestra región al margen de exigencias legales en cada país. La realidad ahora es diferente y nos exige, en la mayoría de los casos, la regularización gubernamental, haciendo que cumplamos con exigencias de competencias, certificación y acreditación diferentes en cada país. En principio nos incomodó el hecho de que instancias gubernamentales no religiosas tuviesen la función de supervisión y control sobre nuestra actividad educativa, pero las tendencias globales y las exigencias de las nuevas generaciones que buscan prepararse ministerialmente, nos permiten ver de forma positiva la adaptación de nuestros programas (localmente), sin perder su esencia ministerial, para recibir la aprobación del gobierno y sus instancias educativas. Esto viene a ser un reconocimiento de la formalidad de nuestras estructuras educativas y la seriedad de nuestros programas, tanto en lo académico como en su manejo financiero y organizacional. Ser propietarios de nuestros programas nos permite hacer las adecuaciones necesarias para recibir tal acreditación. Nos permite realizar las modificaciones que se requieran sin que se afecten los contenidos y propósitos que perseguimos como iglesia.
La propiedad sobre nuestros programas nos garantiza la fidelidad doctrinal de estos, produciendo ministros que prediquen y enseñen sin distorsionar ninguno de los principios bíblicos que hemos abrazado, promoviendo el estudio y la búsqueda de una profunda espiritualidad para el ejercicio ministerial.
Contenidos bibliográficos
Desde la fundación de las Asambleas de Dios a inicios del siglo XX, un aspecto que nos distingue es la producción de material de enseñanza para nuestras iglesias. Nuestros padres fundadores en su labor formativa trajeron a Latinoamérica la bibliografía que tenían a su alcance, siendo necesario complementar en muchas áreas del conocimiento teológico con libros escritos por eruditos que responden a otras confesiones de fe cristianas, pero que en general nos fueron útiles. El tiempo ha pasado y nuestros programas requieren de material contextualizado a nuestra doctrina cristiana-evangélica-pentecostal-latinoamericana. Es por esto que dentro de la estructura del SEC operan importantes instituciones que procuran subsanar esta necesidad.
La Serie Fe y Acción es un importante ministerio “nuestro” que provee el material bibliográfico para el Plan Básico, que es “nuestra” propuesta de contenido curricular para el nivel ministerial. Es la respuesta del SEC para ofrecer materiales y recursos de calidad, de forma accesible, en cantidades, bajos costos y diversidad de formatos. Estos responden de forma directa a los planes de cursos de las principales asignaturas del Plan Básico, en las áreas de Biblia, Teología y Ministerio Cristiano. La propiedad sobre este material nos permite revisarlo periódicamente y renovarlos luego de retroalimentarnos de la experiencia y conocimiento de nuestros maestros bíblicos que los utilizan en toda América Latina.
La revista Conozca es nuestra ventana de expresión teológica latinoamericana. Publica periódicamente importantes artículos que apuntan a la enseñanza de la sana doctrinas y prácticas de nuestra vida cristiana.
Cumple con tres importantes roles. En primer lugar, sirve como órgano de difusión del SEC, informando sobre las noticias y asuntos de interés para la educación cristiana en nuestra región. En segundo término, se constituye en foro de discusión sobre temas de actualidad teológica, donde cada escritor, y aún el lector bien fundado, pueden plantear su punto de vista. Dentro de este objetivo la revista busca advertir sobre las diferentes corrientes teológicas que amenazan la fe dada una vez a los santos. Finalmente, Conozca persigue la meta de buscar y alentar a los escritores noveles, para que puedan descubrir su llamado a escribir, publicar ensayos y aportar al bien teológico de América Latina. ¡Esto nos pertenece, es nuestro!
Requisitos educativos para acreditación de obreros
El SEC es nuestro brazo formativo ministerial de las Asambleas de Dios. Mientras que cada Concilio o Conferencia Nacional se esmera en lograr el reto divino de llevar el evangelio y discipular a los alcanzados, el SEC apoya al programa de formación ministerial de cada obra nacional procurando producir los ministros aprobados por Dios para el constante crecimiento y el relevo generacional necesario.
Nuestras Instituciones y Servicios buscan facilitar los programas educativos y formativos que satisfagan los requisitos de cada nivel de credencial ministerial. El año pasado, el hno. Rodney Boyd, Coordinador del SEC, comisionó una encuesta al ejecutivo de cada país referente a los requisitos, educativos y otros, de los diferentes niveles de credencial ministerial en su país. Todos los países han respondido y el Coordinador está en el proceso de compilar los resultados, los cuales serán compartidos con los miembros del Directorio del SEC en la próxima reunión. Sin embargo, el Coordinador ofrece la siguiente observación: “Por lo general, todos nuestros países requieren que los aspirantes para la última credencial (ordenado) sean graduados diplomados (96 créditos o más) del programa de uno de sus institutos o seminarios bíblicos, y en algunos casos que tomen un seminario o más del ISUM. La uniformidad de requisitos y vinculación directa entre los concilios y sus institutos simboliza la alta apreciación del valor ser propietarios de nuestro programa educativo.”
Estándares con flexibilidad – ATAL
El lema del Plan Básico, el libro que guía el programa del SEC, es Estándares con flexibilidad. La implementación del programa se expresa en formas y modalidades diferentes en los diferentes países. Sin embargo, a través de las normas establecidas por la ATAL – Asociación Teológica de América Latina de las Asambleas de Dios, el SEC ha establecido los estándares y criterios que todos los países deben seguir. Es el cumplimiento de nuestros estándares que asegura que nuestros valores sigan vigentes, que sea formación integral sana, de excelencia, pentecostal, accesible, y propia en unidad. Es el compromiso de cada país a los estándares que juntos adoptamos que refleja que pertenecemos al programa.
ATAL mantiene vínculos con importantes organizaciones pentecostales a nivel mundial a través de WAPTE, la Alianza Mundial de Educación Teológica Pentecostal (World Alliance for Pentecostal Theological Education – www.wapte.org). WAPTE es una confraternidad cooperativa global de asociaciones teológicas pentecostales/ carismáticas, oficinas denominacionales y agencias misioneras que proveen servicios educacionales a instituciones teológicas o de formación ministerial, y que sean afiliadas con algún cuerpo miembro de la Confraternidad Pentecostal Mundial, o PWF por sus siglas en inglés (www.pentecostalworldfellowship.org). Existe para ayudar y motivar a estas organizaciones en su misión de promover el desarrollo de educación teológica pentecostal y capacitación de liderazgo. Todas las asociaciones teológicas miembros de WAPTE se tienen que apegar a una serie de normas para la certificación o reconocimiento de sus instituciones miembros. Esto persigue estar a la vanguardia en la búsqueda de la excelencia de nuestras Instituciones. Este vínculo nos permite conocer y adaptarnos a los requerimientos de calidad educativa a la que debe aspirar toda organización al servicio del Señor.
RETOS DE CARA AL FUTURO
Compromiso. La propiedad sobre nuestro sistema educativo se relaciona directamente con otros valores fundamentales del SEC. Esta toma en cuenta de forma integral las características que deben conformar el carácter de nuestros ministros, manteniendo nuestra esencia pentecostal y permitiendo que sea accesible a todos. Tras los años, nuestros programas e instituciones han sido respaldados por el compromiso institucional. Entender que son de nuestra propiedad y, por tanto, el reflejo de nuestra identidad pentecostal Asambleas de Dios, es nuestra motivación permanente a integrarnos. Para las Asambleas de Dios, el SEC es de América Latina y cada país su dueño. Aunque surjan otras ofertas, como propietarios de nuestro programa, debemos mantener el alto compromiso de mejorarlo y respaldarlo
Excelencia. Somos responsables por la calidad y excelencia de nuestro sistema educativo. No debemos esperar que otros nos señalen nuestras deficiencias para corregirlas, sino, someternos voluntariamente a procesos de evaluación de nuestras instituciones. Es en este punto donde reconocemos que, por ser propietarios de nuestro sistema educativo, tenemos el deber de establecer altos estándares que promuevan la excelencia y reconocimiento en todo nivel. La Asociación Teológica de América Latina (ATAL), viene a cumplir esta trascendental misión. Es nuestro organismo certificador de la excelencia y calidad de nuestro sistema educativo, siendo garante ante instituciones paralelas, gobiernos y otras organizaciones cristianas, de nuestro grado de calidad y compromiso con la obra del Señor.
La labor de ATAL está siendo respaldada por dos importantes programas dirigidos por el Centro de Recursos y Asesoría (CRA), siendo estos PROCEPA y Calidad Educativa. El primero ofrece actualización continua a personal docente y administrativos de nuestras instituciones teológicas. El segundo ofrece asesoría mediante la implementación del Manual de Autoevaluación de Instituciones Teológicas, una herramienta efectiva para detectar nuestras áreas de vulnerabilidad e implementar medidas para subsanarlas. Este proceso de autoevaluación es fundamental para la certificación de nuestras instituciones por parte de ATAL, por lo que todos debemos avocarnos a realizarlo lo más pronto posible.
Mayor participación y aportación. El SEC surge como iniciativa del cuerpo misionero de Estados Unidos en América Latina, quienes de forma desinteresada han estado al servicio del liderazgo de la iglesia Latinoamericana, orientándonos en su constitución y sosteniendo su operación. Hemos aprendido y somos testigos de su importancia como organismo de unidad para nuestros países, por lo que se requiere ahora de mayor participación de nuestros líderes latinoamericanos en la dirección de este organismo consultor y gestor. Rodney Boyd, el Coordinador del SEC, explica: “El SEC se ha embarcado en diferentes iniciativas en búsqueda del auto sostenimiento. Por ejemplo, en el año 2009, en la Asamblea Trienal del Directorio del SEC, nosotros reconocíamos que la operación y el personal del SEC dependía demasiado de fondos misioneros. En la misma asamblea se aprobó un nuevo sistema de cuotas de aportación. Esta nueva entrada ha ayudado al SEC a subvencionar los gastos de algunas miembros de la Comisión Administrativa que no cuentan con fondos necesarios para moverse. Lo vemos como un inicio solamente. Era un paso muy significativo, pero el primero de otros más por venir”.
Reconocimiento. Otro gran reto es satisfacer las amplias exigencias que las autoridades de cada país exigen para el reconocimiento oficial de nuestro programa de estudio. La solución será compleja en cuanto el SEC opera a un nivel internacional en países que tienen diversas exigencias nacionales. Además, resulta un tanto complejo sujetar nuestro programa de estudio a autoridades no cristianas, que en ocasiones podrían ser contrarios a nuestros propósitos y valores. La excelencia para el servicio a Dios es siempre nuestra meta, y el reconocimiento de otros actores atraerá a más ministros al servicio, buscando así la calidad en sus procesos formativos. La meta es ofrecer un programa de estudio reconocido para todos los países miembros, tanto como sea posible.
Compañerismo cristiano. En aras de la unidad y fraternidad del cuerpo de Cristo, nuestra estructura educativa ha servido para el crecimiento de ministros de otras organizaciones con menos recursos a su disposición. En nuestros eventos internacionales de capacitación y actualización, como lo son las Cumbres Educativas, hemos recibido hermanos de otras denominaciones fraternas, quienes se han beneficiado de estos procesos educativos y la koinonia que distingue a una gran familia. Además, hemos contado con renombrados hombres y mujeres de Dios, quienes desde su cosmovisión cristiana nos han permitido crecer en el conocimiento de La Palabra y entender nuestro rol histórico de cara al momento que vive la iglesia de Cristo en todo el mundo. Nuestro desafío es darle mayor apertura a nuestros programas para beneficiar a organizaciones con menos recursos que nos pidan apoyo.
CONCLUSIÓN
Hablar de ser propietarios de una estructura educativa que busca la formación integral de cada ministro debe ser reconocido como un factor positivo en nuestro crecimiento como organización. Hoy enfrentamos algunos desafíos de cara al futuro de nuestras instituciones educativas, y es precisamente la flexibilidad que produce la propiedad sobre ellas, lo que permitirá hacer los cambios y adecuaciones necesarias para mantenernos vigentes. Debemos conservar a toda costa nuestra teología, pero revisar cuidadosamente nuestra metodología, para así cumplir con el llamado de Dios de formar a nuestros ministros en la sana doctrina de nuestra fe.
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