Por Jorge Canto
Melquisedec, el rey-sacerdorte de Salem, cuyo nombre significa “rey de justicia” o “rey de paz”, representa todo un reto para el estudiante de la Biblia. Por ello se dice, que siendo tan enigmático, no se habla lo suficiente de él.
Melquisedec asombra tanto por su misteriosa figura como su estatura espiritual, pues el patriarca Abraham (en ese momento se llamaba Abram) “le entregó los diezmos de todo” (Génesis 14:20), y de ese modo, también lo hizo Leví. Además, el patriarca, sin dudarlo un momento, aceptó la bendición del salemita (Génesis 14:19).
Se menciona a Melquisedec ocho veces en la Biblia (Génesis 14:18; Salmo 110:4; Hebreos 5:6, 10; 6:20; 7:1, 10 y 11). En ambos testamentos se le da una elevada dignidad. Además se usa para Dios la designación semita más antigua que se conoce1: “El-Elyon” (אֵל עֶלְיֹון). Algunos sostienen que ese nombre era de un dios cananeo2 (El) que se menciona en algunas oraciones de Ugarit3, pero sería difícil ir en esa dirección porque se estaría afirmando que Abram aceptó la bendición de un ídolo, volviendo a su antiguo politeísmo, y segundo, la carta a los Hebreos afirma que este rey-sacerdote servía al verdadero Dios. Incluso, Josefo lo llama “el primer sacerdote de Dios”.4
¿ERA MELQUISEDEC UN SER REAL, UN MITO INSERTADO O UNA TEOFANÍA?
A través de la historia se han ido amontonando opiniones al respecto. Obviamente está la que se trataba de algún ser sobrenatural. Otros mencionan que era Jesucristo mismo en una faceta como la del “Ángel de Jehová” y están los que afirman que se trata nada menos del mismísimo Sem, quien viviría aun y tendría unos 600 años.5
Otros tantos han afirmado que simplemente es un pasaje intrusivo, que algún interesado escriba lo metió adrede en alguna copia para darle fundamento a los hebreos como poseedores de aquellas tierras.
Este rey-sacerdote simplemente sale a escena, irrumpe inesperadamente en la narrativa de una batalla y después, tan repentinamente como aparece, se esfuma de toda la historia del Antiguo Testamento. Algunos lo han identificado con un ángel (Orígenes), con el Espíritu Santo (Epifanio), con Cristo (Ambrosio), con Enoc (Calmet), Sem (Tárgumes, Jerónimo, Lutero).6
Se deduce correctamente que aquel rey no es una Teofanía de Jesucristo manifestándose en el Antiguo Testamento puesto que la epístola a los Hebreos enfatiza claramente: sino hecho semejante al Hijo de Dios (Hebreos 7:3b), es decir, se parece a Jesús, pero no es Jesús.
Por lo pronto, se puede ver que, efectivamente, Melquisedec, históricamente existió. Pues es lo que afirma el libro de Génesis y el de Hebreos. No se debe crear una idea de un ser divino, milagroso o extraterrestre cuando leemos: sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida (Hebreos 7:3) o de que este sacerdote ni nació ni murió.
La expresión de Hebreos se puede traducir como “un sacerdote que no es de la línea levítica, pues no tiene genealogía sacerdotal hebrea, ni se sabe la fecha de su nacimiento ni de su muerte como bien se registraría si se tratase de uno de los sumos sacerdotes”. De hecho, la tradición rabínica judía habla de La Cadena Arábica de Melquisedec, que sería la siguiente: Hijo de Heraclim, Hijo de Peleg, Hijo de Heber. El nombre de su madre era Salatiel, hija de Gomer, hijo de Jafet, el hijo de Noé.7
La figura de un rey-sacerdote es muy valida y cronológicamente exacta. Los patriarcas hacían tanto el papel de regentes como de sumos sacerdotes, así podemos ver a Abraham ofreciendo sacrificios continuamente.
¿MELQUISEDEC: MENOR O MAYOR QUE ABRAHAM?
Considerad, pues, cuán grande era éste …(Hebreos 7:4a). Archibald Thomas Robertson recalca que la grandeza de Melquisedec es geométricamente, y no aritméticamente, mayor a la de Abraham. Este contraste solamente ocurre en este pasaje en todo el Nuevo Testamento.8
Esta cuestión, para nosotros como gentiles, no tiene la misma importancia que los judíos le dan. Si uno de la circuncisión, en el tiempo de la carta a los Hebreos, escuchaba la lectura de este pasaje lo pondría bastante incómodo. Fuese o no cristiano, implicaba que existió un sacerdote al que Abraham se habría inclinado. Eso no era lo que ellos pensaban.
Si recordamos el pasaje cuando Jesús dijo: antes que Abraham fuese, yo soy (Juan 8:58) podemos también acordarnos de que los judíos tomaron piedras para matarlo. Los nacionalistas no jugaban con ideas como esas. Es tan fuerte este sentimiento de superioridad étnica-sacerdotal que algunos rabinos judíos han enseñado que quien dio los diezmos de todo no fue Abraham, sino Melquisedec.9
Los nacionalistas judíos señalan que tanto en el Antiguo Testamento (en hebreo) como en la LXX no se indica quién entrega diezmos. Podemos leer en la Septuaginta lo siguiente: …y digno de bendición es el Dios altísimo, el que puso a tus enemigos en tus manos”. Y le dio la décima parte de todo. (LXX. Génesis 14:20)10. En hebreo el pasaje sólo podría traducirse “y dio a él el diezmo de todo”.11 Con este truco interpretativo algunos rabinos pretenden defender la primacía de Abraham sobre el rey-sacerdote enseñando que fue el rey de Salem quien entregó los diezmos al patriarca hebreo.
Por otro lado, la tradición rabínica enseña que este personaje no es otro más que Sem, y en otra conveniente interpretación pretenden enseñar que existe por ello un cambio de estafeta en el pasaje. De acuerdo a R. Ishmael, en este encuentro, el sacerdocio de Melquisedec se le transmitió a Abram porque el salemita invocó al Dios como el Señor del patriarca.12
La carta a los Hebreos aclara bien quién recibió los diezmos: Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas…. (Hebreos 7:6-7a). El hagiógrafo señala que Abraham, al darle su diezmos a Melquisedec simplemente lo hizo reconociendo la grandeza del rey de Salem. En pocas palabras, Melquisedec es mayor que Abraham13, pues en este sentido sólo el mayor bendice al menor. De aquí se concluye que toda la descendencia de este arameo moribundo también está bajo la autoridad y bendición de Melquisedec.
Toda la tribu de Leví, señala el escritor de Hebreos, son menores a Melquisedec, pues estaban todavía en los “lomos” de Abraham cuando el patriarca dio los diezmos. Así, entonces, se enseña que Leví también diezmó a rey de Salem: Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro. (Hebreos 7:9-10)
Así, este misterioso personaje es tanto históricamente real como superior a Abraham. Mientras el patriarca apenas empezaba a conocer al Dios verdadero en Ur de los Caldeos ya Melquisedec le servía al Altísimo en Jerusalén, pues Salem se identifica con Jerusalén: En Salem está su tabernáculo, Y su habitación en Sion. Salmo 76:2.
Que Melquisedec sirviera al verdadero Dios en esta región pagana cananea es en sí un misterio tan o más profundo que el propio personaje que nos ocupa. Aquí se usa por primera vez la expresión “Dios Altísimo” (El-Elyón). Se usa nada menos que cuatro veces, tanto para describir que era el Dios del rey-sacerdote como el que adoraba Abraham (Génesis 14:22).
JESÚS Y MELQUISEDEC
Jesús era del linaje de Judá, de la descendencia de David (Jeremías 23:5; 33:15; Mateo 1) no tenía nada que ver con el sacerdocio levítico estrictamente hablando. Sin embargo, Jesús es Rey, Sacerdote y Profeta. Si es sacerdote, ¿cuál es su genealogía? Es en este sentido, al igual que Melquisedec, ambos no tienen genealogía levítica.
Jesús y Melquisedec son personajes sacerdotales: Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. (Hebreos 7:17). Este texto reclama para Jesucristo el cumplimiento del Salmo mesiánico: Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec, (Salmo 110:4), por si fuera poco, se reitera que Jesús cumple con este Salmo también en el Hebreos 7:21b: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.
Entonces, existe un linaje sacerdotal no levita y eso es un maravilloso descubrimiento. Considerando que este Salmo de David se interpreta como mesiánico, quizá habría más de un rey judío que quisiera adjudicarse este cumplimiento en su persona, ¿habrá existido tal atrevimiento?
¿Sería posible creer que la audaz y desproporcionada actitud del rey Uzías de ofrecer incienso en el templo hubiera sido ocasionada por su falsa creencia de considerarse el Mesías? (2 Crónicas 26:16-19).
Ofrecer incienso en el Lugar Santo era exclusivo para los sacerdotes de la tribu de Leví, a menos que, nos atrevemos a insinuar, ¿un sacerdote del orden de Melquisedec tendría el derecho de hacerlo y Uzías, viéndose tan exitoso en su reinado habría pensado que era el Mesías, el heredero del linaje del rey de Salem? Esto es mera especulación pero pudiera traer un poco de luz a este aberrante arrebato de Uzías que tuvo como consecuencia su prematura muerte por lepra.
Por el contrario, el escritor de Hebreos nos recalca que el cumplimiento del Salmo 110:4 se ve plenamente realizado en Jesucristo. Y, continúa: Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. Heb 7:12-13. Aquí se recalca que hay un cambio de Ley pues hubo un cambio de sacerdocio. El sacerdocio levítico se extinguió por el nuevo sacerdocio del linaje de Jesucristo, el Mesías, el Rey de Paz verdadero.
Ya el sacerdocio de Leví cumplió noblemente su propósito, ahora, hay una nueva liturgia, por un sacerdote eterno.
Las formas anteriores con su gran solemnidad se sustituyen ahora por un sacerdote juramentado por Dios mismo. El cambio de formas se ratifica claramente cuando se dice: Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto, no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible. Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia. (Hebreos 7:15-18).
EL RITO LEVÍTICO DEL TEMPLO DESAPARECIÓ POR UN SACERDOCIO PERFECTO
Si ya, como la carta a los Hebreos menciona, los ritos levíticos desaparecieron, queda entonces una pregunta en el aire: ¿de qué serviría ahora tener rituales judíos si estos ya se dan por obsoletos?
Es innegable que muchas de las actividades que los levitas y sacerdotes realizaron eran válidas y muy centradas. La Palabra las llama sombra de lo que habría de venir (Colosenses 2:17), y si Jesús, lejano al sacerdocio aarónico, es sacerdote según el orden de Melquisedec, entonces ¿qué tiene que ver el cristianismo ahora con ritos sabáticos o de circuncisión? La respuesta es obvia: ¡nada! Todos los sacerdocios judaicos desaparecieron14 y, como consecuencia natural, desaparecieron sus ritos.
Nuestro Señor es sacerdote para siempre (Hebreos 7:21), ya jamás soltará su ministerio de intercesor. Melquisedec es superior a todo levita, incluso a Abraham pues recibía diezmos del patriarca con autoridad del El-Elyon bendijo al Padre de la Fe.
La bendición y liturgia del rey de Salem fue sin circuncisión, sin Torá ni sabat. Siendo que es superior a Abraham lo es también de Moisés, entonces, no existe ninguna razón para retroceder a un punto hoy muerto, totalmente inferior al nuevo sacerdocio de Cristo y de los creyentes.
Todo aquel que quiera representarse como espiritual o purista al tener ritos judíos en su liturgia actual está utilizando algo que no tiene sentido alguno, pues nuestro linaje es el de Jesús, de la línea sacerdotal de Melquisedec, no de Leví. Todo queda reducido a meras formas que impresionan al oferente pero que ya son totalmente inútiles para acercarnos a Dios.
Si bien, estamos lejanos ya al ceremonial judío, solo queda notar lo extraño y anacrónico que se ven ahora las bendiciones, abluciones, lunas nuevas y el estilo neo-judaizante que hoy se quieren volver práctica litúrgica para muchos. Todo aquello que sirvió, muy bien y dignamente, a cada adorador antes del Nuevo Pacto ahora se convierten en meras formas sin fondo.
Jesús es suficiente, y para siempre, nuestro sumo sacerdote, juramentado por el Altísimo, según el orden del Melquisedec.
NOTAS BIBLIOGRAFICAS
1 Diccionario bíblico Mundo Hispano (El Paso, TX.: Editorial Mundo Hispano, 1998), s.v. “Melquisedec”.
2 John H. Walton, Victor H. Matthews y Mark W. Chavalas, Comentario del contexto cultural de la Biblia (Illinois: Downers Grove, 2018), 37.
4 Dictionary of New Testament Theology Vol. 2 (Grand Rapids, Michigan: Zondervan, 1976), s.v. “Melchizedek”.
8 Archibald Thomas Robertson, Word Pictures in the New Testament V (Nashville, TN.: Broadman Press, 1960), 381.
11Biblia hebraica Stuttgartensia, בְּרֵאשִׁית 14:20 (Stutgart, Alemania: Deuche Bibelgesellschaft, 1984)
14 Samuel Vila y Santiago Escuain, Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado (Tarrasa, España: CLIE, 1985), s.v. “Melquisedec”.
He leído el artículo y me parece que existe un sesgo histórico y antisemita.
1. Los llamados padres De la Iglesia (Jerónimo, Isidoro de Sevilla, Beda y Pseudo-Primaso) convergen que es el mismo personaje. [No son mis padres pero tienen una postura no judía y coinciden con que Sem y Melquisedec son ambos el mismo personaje].
2. Describir a judaizasteis y relacionarlos con la ley es bochornoso y aberrante. Bajo esa premisa Jesús es judaizaste. Basta leer un poco de historia para saber que Israel es Efraín y Judá (Dios decidió esa separación) y no no cesariamente observar los mandamientos o la ley es judaizarse.
3. Cuando he leído sobre la observancia de las lunas nuevas, me he preocupado, porque Colosenses 2:16, Pablo hace mención ¿qué quién es uno para determinar si alguien desea observarlas?
No existirá unión de un verdadero Israel hasta que no cambie esto: Judá acepte el pacto de Jesús y los cristianos dejen de sentirse engreídos o superiores. Como que es hora de escribir con amor y no antisemitismo, porque si no no tienes fe.
Jesus es mediador de un NUEVO Y MEJOR PACTO.
Esto es lo que los neo judaizantes no logran entender. Se aferran e idolatran al antiguo pacto (del cual solo cumplen un par de rituales), pero no pueden ver por sus sesgos que este esta obsoleto. Fue cambiado por uno nuevo.
Al existir un nuevo pacto el otro queda anulado.
La ley y sus ritos son parte esencial de ese antiguo pacto. La ley son las condiciones del pacto que israel debia cumplir.