Facebook Twitter Gplus RSS
magnify
Home 2021.2 La Cruz en Gálatas: ¿Perspectiva individual o colectiva?
formats

La Cruz en Gálatas: ¿Perspectiva individual o colectiva?

Por publicado originalmente en CONOZCA edición 2021.2

Por David Eugenio Hunt

 

La letra de la canción “Toma la cruz, la cruz de Cristo” se grabó a mi memoria en una adolescencia situada en la década de los 80. Recuerdo la tapa sencilla de aquel álbum de Steve Green, tocado con frecuencia en el auto de la familia Hunt al transitar del instituto bíblico a la iglesia y el domicilio. Las palabras del Apóstol Pablo, hechas melodía, me impactaron profunda y permanentemente. ¿Qué comunicaba esta cruz? Rodeado de un ambiente católico, se entendía que Jesucristo había sufrido por nosotros. El pensamiento consecuente era que el sufrimiento nos acercaría a Jesucristo. Sin saberlo, destellaban ya los principios del sincretismo en lugar de un cristianismo bíblico. En los años sucesivos la interpretación posmoderna de la cruz correría al otro extremo, invadiendo el escenario del calvario con una gracia libertina. ¿Cómo entonces integrar o por lo menos, responder a perspectivas polarmente opuestas? Preguntas sensibilizadas por el libro de Gálatas encontraron su respuesta en un lugar sorprendente: el Antiguo Testamento.

 

¿Cuál es la óptica veterotestamentaria del pecado?

Las meta-narrativas de un Dios respondedor al pecado fundamentaron el curso de la Facultad de Teología presentado en el 2017. Se empezó con el jardín de Edén y la creación perfecta, notando que animales murieron para cubrir la vergüenza de la primera pareja humana. Siguió el arca de Noé y las categorías de animales puros, designados para el holocausto. Cuando Abraham predijo que Dios supliría un cordero y Moisés celebró la primera pascua, los estudiantes entendieron lo sugerido. Analogías del pecado abundaron también en el Antiguo Testamento. ¿Cuál otra enfermedad perfiló el pecado igual como la lepra? Contaminación, desfiguramiento y aislamiento acompañaban la diagnosis. Sin embargo, Dios extendió un milagro de sanidad al extranjero Naamán. Otros retratos del pecado fueron el moho, el óxido y la esterilidad. Luego de juzgar los pecados de naciones paganas por medio del pueblo de Dios, se levantó la pregunta aplicada colectivamente: ¿Juzgaría Dios de igual manera su pueblo elegido en comparación con las otras naciones? Los destierros del reino norte y sur amplificaron la revelación del carácter de Dios. Él se mostró justo con todos en igualdad.

Fue dentro del escenario veterotestamentario que Dios trató profundamente con mi corazón respecto el precio colectivo del pecado. La agonía y vergüenza de setenta años lograron para Judá lo que ningún profeta había alcanzado- librarse finalmente de la idolatría. Al leer su historia, Dios me hizo contemplar el espejo del pecado colectivo. ¿Qué hace el pecado en una comunidad, en una ciudad, o en un país que lo practica? La tragedia del destierro contestó la interrogante. El pecado es igualmente destructivo para la sociedad como para el individuo.

 

¿Cuál es la óptica de Gálatas respecto el pecado?

La perspectiva de Dios respecto el pecado cobra su máximo énfasis individual al contemplar la cruz de Cristo. Ahora en lugar de mirar la representación colectiva y contestar cómo Dios responde al pecado en la comunidad, se perfila la respuesta de Dios al pecado de un solo individuo. Jesucristo, puro y sin pecado como cordero pascual, experimenta la respuesta de Dios al pecado individual. La cruz en Gálatas hace recordar pasajes narrativos como la muerte de Acán[1] o de Uza[2] y la profecía instructiva de Ezequiel respecto la culpabilidad individual[3]. En el escenario de la cruz se retrata la respuesta de Dios al pecado individual, recordándonos el terrible precio exigido y el supremo amor que motivó a Jesucristo sufrir en mi lugar… y tu lugar.

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.” Gálatas 2:20-21 Pablo escribe de respuestas individuales y colectivas en Gálatas, empezando con la individual [énfasis propio].

Luego se incorpora la perspectiva colectiva [énfasis propio]: Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.” Gálatas 3:13-14 Pablo responde al reto combinado del pecado colectivo e individual. Igual como los patrones vistos en el antiguo testamento, la obra de Dios se expresa en dos ejes: una dimensión vertical e individualista de restaurar el individuo con Dios y otra horizontal y colectiva de sanar el relacionamiento en la comunidad.

 

¿Un decálogo invertido?

Lo que debería llamar la atención de todo pastor y profesor comprometido a la revelación bíblica es que Gálatas presenta la defensa del Apóstol Pablo contra el más antiguo enemigo de la fe cristiana – la salvación por obras. En los evangelios sinópticos leemos que Jesucristo resumió toda la ley en dos frases: “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento.  Yel segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”. (Mateo 12:37-40) Al escribir la epístola a los Gálatas, Pablo repite únicamente la segunda porción: “Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Gálatas 5:14

¿Hizo Pablo una inversión del decálogo? ¿Se han elevado los últimos seis mandamientos que prescriben las relaciones humanas colectivas- el nivel horizontal? Desde la década del 1970 ha resurgido la atención a los efectivos colectivos del pecado. Dos notables voceros de la perspectiva fueron Gustavo González y Barack Obama con la “salvación comunitaria” [4] o “salvación colectiva”[5] en la cual los pecados horizontales cobraban suprema importancia. En contraste, Pablo escribió primero (capítulo 2) de la muerte al pecado y restauración con Dios y segundo (capítulo 3) de la recuperación de sanas relaciones interpersonales. Habiendo visto cómo el pecado obra en la humanidad para distorsionar ambos ejes de relación con Dios y con el prójimo, Pablo clasifica la restauración colectiva con el prójimo como fruto natural de la restauración individual con Dios. Pablo no predica un decálogo invertido.

 

¿Responde Gálatas a las nuevas ideologías?

El mensaje correctivo de Gálatas aplica con potencia a los nuevos retos ideológicos. Primero, Gálatas enmienda la inclinación humana a priorizar el amor al prójimo por encima del amor a Dios. Larry Osborne expresa esta tentación como el primer paso en convertirse en un fariseo accidental: la ceguera respecto el pecado individual.[6] Segundo, Gálatas refuta el apetito por ganarse uno mismo su salvación mediante obras, sean estas del eje horizontal o vertical. El segundo rasgo del fariseo accidental: arrojar luz sobre el pecado de los prójimos.[7] Cuando la justicia humana se exalta sobre la justicia divina el resultado es un fariseísmo.

Si el fariseísmo del primer siglo fue jactarse de las obras por Dios, el fariseísmo del siglo 21 es gloriarse de las obras por el prójimo. En esto se ve la cercanía entre legalismo y neolegalismo. El primero supone estar en buena relación con Dios señalando el seguimiento de las leyes relacionadas con el eje vertical. El segundo, indicando el buen relacionamiento al prójimo y poniendo a un lado la prioridad de una relación salvífica con Dios. En cambio, Pablo continuamente afirma la sana relación con Dios y con el hombre, pero suena la alarma que confiarse en las señales externas- en la justicia propia (de un decálogo invertido o no)- significaría descuidar la gracia salvadora de Jesucristo.

La apologética de Gálatas contradice la salvación comunitaria de Gustavo González y la salvación colectiva de Barack Obama. El mensaje correctivo de la cruz en Gálatas reorienta un decálogo invertido. Además, reestablece el amor hacia Dios, producto de la regeneración del individuo por el Espíritu de Dios, como ingrediente indispensable para una genuina transformación en el eje horizontal que logra el verdadero amor al prójimo. En fin, la Cruz en Gálatas delinea que la humanidad no se salva a sí misma, sea este esfuerzo individualista o colectivo, porque la humanidad sin Dios no tiene solución al pecado. Lo que salva al hombre es poner su fe en la cruz- la muerte expiatoria de Jesucristo- para recibir la regeneración de Dios. Mediante la restauración vertical se potencia la transformación horizontal.

 

 



[1] Josué 7:1-26

[2] 2 Samuel 6:6-7

[3] Ezekiel 18:1-20

[4] Gustavo González, Teología de la Liberación, (Ediciones Sígueme: Salamanca, España), 1975.

[5] Barack Obama, Obama to Graduates, June 19, 2006. Último acceso 31 de julio 2021. Accesado en: https://www.northwestern.edu/newscenter/stories/2006/06/barack.html

[6] Larry Osborne. Accidental Pharisees. (Grand Rapids: Zondervan, 2012), 194.

[7] Osborne, 194.

 

David Hunt


 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

*


8 − uno =

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>