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Esdras: su vida y relación con Nehemías

Por publicado originalmente en CONOZCA edición 2022.2

Por Jorge Arias

 

 

Su nombre deriva de una forma aramea del hebreo “ezer” (ayuda). Sacerdote y escriba descendiente de Aarón, maestro muy versado en la ley del Señor, que por el 457 a.C. vivía en Babilonia y gozaba de la simpatía de Artajerjes rey persa dominante por entonces. Por pasar la mayor parte de su vida en el exilio, es probable que ocupara en Persia cierta posición de secretario de Estado para asuntos judíos. Desde ahí fue enviado a Jerusalén con el expreso mandato real de hacer cumplir de modo uniforme la ley judía.

Así fue que lideró una suerte de campaña de repatriados, llevando también consigo valiosos obsequios para el Templo. (Esd.7:7, 11-26). Su protagonismo bíblico se inicia cuando, estando en el exilio babilónico, solicita y obtiene el permiso del rey para viajar acompañado por un contingente de levitas con el propósito de renovar el culto a Dios.

Se cree que permaneció en Jerusalén hasta la época de Artajerjes II (398 a.C.) tiempo después de Nehemías. Su rol protagónico lo hallamos tanto en el libro de Esdras (Esd.1-7) como en Nehemías (Neh.8-12).

Hay afinidad entre los mencionados libros en cuanto a enfoque y temática. De hecho en el Antiguo Testamento hebreo aparecen como “Esdras – Nehemías”, es decir como si fueran un solo libro (sección Escritos—sub sección Libros). Más aún en su versión griega (LXX)  Esdras – Nehemías. aparecen como Esdras B o 2ª Esdras (1ª Esdras apócrifo) y en la Vulgata: 1º Esdras y 2º Esdras son respectivamente los libros de Esdras y Nehemías (dos libros separados con listas semejantes en Esdras 2 y Nehemías 7).

El libro de Esdras enfatiza la RESTAURACION  RELIGIOSA mediante el relato de la restauración del Templo, que ocurre antes de su llegada a Jerusalén.

El libro de Nehemías enfatiza la restauración civil mediante el relato de la restauración de los muros de Jerusalén, que ocurre a partir de sus respectivas llegadas.

 

En verdad, Esdras complementa la labor de Nehemías: Esdras es maestro de la Ley, su principal interés es la restauración espiritual y su relato es histórico y objetivo; mientras que Nehemías es un gobernador civil, su interés es la restauración social y su relato es autobiográfico y por lo tanto subjetivo.

Esdras fue un hombre de notable sinceridad, semejante a la que expresa su contemporáneo en Nehemías 2:2

Dice Esdras: “En realidad, sentí vergüenza de pedirle al rey que nos enviara un pelotón de caballería para que nos protegiera de los enemigos, ya que le habíamos dicho al rey que la mano de Dios protege a todos los que confían en él, pero que Dios descarga su poder y su ira contra quienes lo abandonan” (Esd.8:22NVI)

A su vez se pueden hallar otras afinidades entre ambos protagonistas: profunda fe, vida de oración, ferviente patriotismo e interés por el bien común.

La ferviente vida de oración de Esdras es pormenorizada en Esdras capítulo nueve (curiosamente semejante a la oración del mismo capítulo pero en Nehemías y del mismo capítulo pero del libro de Daniel).

Es interesante notar que en esta intercesión netamente sacerdotal, Esdras enfatiza la primera persona del plural, identificándose con el pueblo a favor del cual ora. Lejos de posicionarse como un fiscal que acusa a Israel, se hace uno con quienes habían desobedecido a Dios y se expone incondicionalmente a la decisión divina, sea ésta condenatoria o absolutoria. Así Esdras concluye su oración: -“¿Señor, Dios de Israel, tu eres justo! Tú has permitido que hasta hoy sobrevivamos como remanente. Culpables como somos, estamos en tu presencia, aunque no lo merecemos”(Esd.9:15NVI)

La oración de Esdras fue de tal poder que nada menos que un literal avivamiento se desató en la nación alcanzando no solo a hombres y mujeres por igual sino que también incluyó a los niños (Esd. 10:1). Un genuino arrepentimiento generalizado que se tradujo en hechos prácticos de abandono del pecado y una nueva consagración a Dios.

En su relato puede hallarse lo que ha sido su principio básico para el ministerio:

“Esdras se había dedicado por completo (“dispuso su corazón” RVR60)

  1. A estudiar la ley del Señor,
  2. A ponerla en práctica y
  3. A enseñar sus preceptos y normas…” (Esd. 7:10NVI)

La interpretación del A.T. comenzó con Esdras alrededor del 450 a.C.   Cuando Esdras viajó desde Babilonia se dio de corazón a enseñar los estatutos y juicios en Israel.  Por muchas horas leyó la Ley de Moisés a los hombres y mujeres: “ponían sentido, de modo que entendiesen la lectura” (Neh. 8:3,8), dando lugar al principio de la hermenéutica bíblica.  Los principios judíos de interpretación incluyen el significado literal de las palabras y oraciones y el descubrimiento de significados ocultos a la vista del simple lector.

La obra de Esdras resultó en cuatro énfasis:

1.-  Un énfasis nuevo sobre la observancia de la Palabra de Dios.

2.-  El reconocimiento de los escribas como intérpretes oficiales de la Ley.

3.-  El establecimiento de las sinagogas.

4.-  Una renovación de las expectativas mesiánicas como fruto de una nueva consideración de las Escrituras.

Por todo ello, a este escriba judío se lo reconoce como un “reformador religioso”, considerado el “padre del judaísmo post-exílico”, un verdadero sacerdote, erudito, estadista y avivador.

 

Jorge Arias


 

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