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Nehemías: un copero hecho líder

Por publicado originalmente en CONOZCA edición 2022.2

Por Donald Exley

 

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Hay muchas lecciones en este libro que revelan distintas estrategias, modelos, principios y protocolos del liderazgo, según la vida y el trabajo de Nehemías.  La verdad es que en el mundo de hoy el tema del liderazgo ha producido una avalancha de libros y artículos. Por eso, aquí quisiera enfocarme en lo que significa un verdadero liderazgo espiritual.

Cuando recibí la invitación para escribir este artículo hice dos cosas.  Primero, abrí la Biblia para leer el libro de Nehemías, una y otra vez. En segundo lugar, fui a mis apuntes donde anoto mis pensamientos de cada libro de la Biblia, para así recordar lo que había escrito en otras ocasiones de mi lectura de este fascinante texto.  Comencé a separar todos los temas generales del liderazgo de los otros temas, y finalmente, separé los principios que identificarían a los líderes espirituales. Así, se resumieron las casi 20 anotaciones del tema a los cinco puntos más importantes para analizar.

Nehemías, un cautivo judío, servía en el palacio del rey cuando llegó un contingente de los primeros cautivos que habían retornado a Jerusalén. Traían noticias tan negativas que, al oír su informe, Nehemías dijo, “me senté y lloré, e hice duelo por algunos días…”  (1:4). No sabemos si él conocía personalmente a los regresados a Jerusalén o no, pero veo algo importantísimo en el corazón de este hombre que tiene que ser la base de todo líder espiritual.

Al enterarse de las malas condiciones de sus compatriotas no pudo más que sentarse y llorar con un corazón dolorido. Fue movido por su gran COMPASIÓN.  ¿Puede ser que ese corazón quebrantado fuera el comienzo de su llamado a ser líder?  El amor por la grey es el cimiento fundamental para un líder espiritual.  Cuando algunos estudiantes del Instituto Bíblico me preguntan cuál es la característica más importante para ser pastor o evangelista, siempre respondo de esta manera: “Sin duda, la gente se olvidará con facilidad y rapidez de los mejores sermones; no siempre estarán de acuerdo con las ideas más brillantes, pero nunca, nunca, nunca se olvidarán del amor de un líder hacia ellos”. Para mí la demostración de un corazón quebrantado por el pueblo fue lo que tocó el Corazón de Dios para preparar a Nehemías como futuro líder espiritual.  Cuidado con aquel líder que no llora por su grey.

Nehemías, en un sentido, era prisionero de guerra y se le había asignado el trabajo de servir la mesa del rey (“porque yo servía de copero al rey” 1:11). No sabemos todo lo que implicaba esa posición, pero de alguna manera lo hacía con excelencia y pudo experimentar la gracia y el favor del rey.  Las grandes lecciones de la Biblia, en el proceso de Dios para formar líderes, casi siempre empiezan con “el servir”.  Moises y David aprendieron muchas lecciones sirviendo en lugares remotos como pastores de ovejas.  Nehemías y José eran nada más que sirvientes de gente poderosa. Entonces, antes de preguntar “¿qué tengo que hacer para ser líder?” es mejor preguntar “¿dónde puedo SERVIR?”

Conocí a un pastor independiente en México, de una iglesia de miles, y fui a ver cómo era la iglesia.  Al preguntarle del liderazgo y del servicio de los hermanos me presentó un ejemplo: “Un año se es presidente de un ministerio y el próximo año, sirve limpiando los baños”.  Sé que es un ejemplo extremo, pero el principio era: SERVIR para LIDERAR y LIDERAR para SERVIR.

Conozco otra iglesia muy grande, con muchísimos músicos, que tiene una regla para todo aquél que quisiera subir a la plataforma como parte del ministerio de alabanza. La regla tiene como propósito enseñarles que el motivo para cantar tiene que ser servir.  Por eso, el primer año como músico tiene que servir en el ministerio de niños y después, si el corazón sigue con motivos sanos, son incorporados a dicho ministerio en los cultos principales.  Aprendamos a servir.  Cuidado con aquel líder que no quiere servir.

Llegó el momento cuando Nehemías tuvo la oportunidad de expresar su petición al rey (“Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides?” 2:4) e hizo lo que todo buen líder hace (“entonces oré al Dios de los cielos” 2:4).  En primer lugar, su reacción frente la situación de Jerusalén debería ser el modelo para cada líder espiritual.  Como vimos, Nehemías fue tan conmovido por la noticia que tuvo que sentarse y llorar.  Pero, después de expresar su dolor, se puso a orar y ayunar.  Sabía que su pedido parecería una locura, y por eso oró para que hubiera una puerta abierta celestial y una intervención sobrenatural a favor de su accionar: Nehemías quería bendecir y ayudar a su pueblo.

Hace poco estuve almorzando con un pastor que impactó mi vida, no solo por la enorme congregación que pastorea, sino principalmente por su humildad y su propia búsqueda de Dios.  Quise indagar sobre su disciplina espiritual y una de sus respuestas me bendijo mucho.  Cada mañana él se levanta y prepara un café para su esposa y otro para él, y después pasan tiempo juntos, orando y buscando más a Dios. Según sus palabras, la oración había pasado de ser un deber a ser un deleite.

Como líder, Nehemías supo cubrir a cada decisión, a cada palabra directiva y a cada desafío con oración; porque después de esto, aparece una y otra vez como un hombre de gran valor frente el enemigo, frente el desánimo y frente las imposibilidades.  Este hombre supo trabajar y no se achicó cuando tuvo que realizar un trabajo manual, sudar y entregarse totalmente de alma y cuerpo por la causa de los ciudadanos de Jerusalén. La unión de mucha oración y mucho trabajo es una combinación poderosa para llevar adelante la obra del Señor. La ORACIÓN fue y es parte de su régimen diario.  Cuidado con aquel líder que no quiere orar.

El capítulo cuatro revela mucho de la dedicación que ponía Nehemías en todo lo que hacía. Fue esa entrega que lo motivó a ponerse al lado del obrero común, hombro a hombro, para trabajar a la par con él.  Como todos los ciudadanos, él participó en los muchos sacrificios personales y en las largas horas que llevó la reconstrucción de los muros para ver una Jerusalén restaurada.

He conocido a muchos pastores que, con sus manos, han trabajado en la construcción del templo. Su dedicación y generosidad no se limitaban solamente al trabajo físico.  ¿Cuántos pastores han vendido sus propios autos para donar el dinero para la construcción del templo?  Estos sacrificios personales son de gran inspiración para la grey.  ¡Qué inspiración son los líderes que dan ejemplos de sacrificio, entrega total y de TRABAJO,  aún en los más pesados!    Cuidado con aquel líder que no quiere sacrificarse ni trabajar a la par de cada obrero.

La reconstrucción de los muros de la ciudad era un proyecto enorme y, como toda construcción de esa magnitud, el costo tuvo que haber sido enorme también. El quinto capítulo da varios detalles de la tremenda generosidad de Nehemías.  En primer lugar, se ve que durante doce años él se ocupó de su propio sostén económico; o sea, no cobró sueldo.  Y, de su propio bolsillo, proveyó comida para más de 150 personas cada día y no recuperó ese gasto del gobierno, puesto que vio muy pesada para el pueblo la carga del mismo municipio (los impuestos).  Tampoco se aprovechó de la gente pobre para comprar sus terrenos a precios regalados.  En otras palabras, Nehemías fue un hombre GENEROSO, y toda persona generosa sabe que Dios es fiel.  Por eso, elevó una oración a Dios diciendo: “Acuérdate de mí para bien, Dios mío, y de todo lo que hice por este pueblo.

Todo líder debe liderar con generosidad.  ¡Qué hermoso ver al pastor ser el primero en depositar su ofrenda y los diezmos del Señor en el recipiente cada vez que se levanta la ofrenda!  Mi hermano mayor comenzó a pastorear una congregación rural cuando tenía 19 años y, después de pastorear por muchos años, volvió, hace como 30 años, a “vivir” del ministerio itinerante.  Es una de las personas más generosas que conozco,¡ y de verdad vive por fe! Hace un año estuvimos en una conferencia juntos y, cuando se levantó la ofrenda, puso un cheque por más de U$S 2.000.  Fue una suma que él había cobrado de un seguro y la realidad es que le hacía falta ese dinero; pero sintió en su corazón entregar todo. Lo maravilloso de todo esto es que, a la semana, recibió una ofrenda no esperada por U$S 2.500.  ¡Dios siempre es Fiel! Y de esa clase de testimonios, mi hermano tiene decenas.  Cuidado con aquel líder que no quiere liderar con generosidad.

Sin duda hay muchísimas lecciones de liderazgo en este pequeño libro.  Al considerar la transformación de un hombre que empezó siendo sirviente (copero del rey) y pasó a ser un líder nacional, debemos escudriñar cada detalle para aprender de su vida. Finalmente, este libro revela que el trabajo del líder nunca termina; siempre hay otra montaña para escalar; un verdadero líder es COMPETENTE Y CONSTANTE. La tendencia del ser humano es de siempre buscar la ruta más cómoda, y el deber del líder es el de siempre guiar a su pueblo a la ruta que producirá el destino más glorioso. Eso tiene su costo y un nivel de perseverancia, resistencia y frustración bien entrenados.  Esta realidad se ve en los últimos capítulos donde Nehemías tiene que regresar a Jerusalén para encaminar y redireccionar al pueblo de Dios hacia ese destino glorioso. El reto de la reconstrucción de Jerusalén fácilmente podría haber producido en Nehemías un desánimo y hasta un abandono de la visión.  Hay momentos en el ministerio donde el enemigo quiere que nos sintamos frustrados y nos desanimemos, y así abandonemos el propósito que Dios tenía preparado para sus siervos.  Nehemías continuó su liderazgo con solvencia y perseverancia. Cuidado con aquel líder que, llegando a “ese puesto”, considera que ya no tiene que hacer nada más, sino solo dar órdenes.

Es una bendición reflexionar en la realidad de que el llamado de Dios nos lleva tanto por los delicados pastos como por los desiertos, reconociendo que ambos son parte de los procesos de Dios para transformarnos en siervos, conforme a la semblanza de Cristo: VERDADEROS Y EJEMPLARES LÍDERES ESPIRITUALES

 

 

Donald Exley


 

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