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Israel en la escatología

Por publicado originalmente en CONOZCA edición 1997.3
¿Cuál es el lugar de la nación de Israel en los planes de Dios para el futuro?  En la comunidad cristiana encontramos dos perspectivas bastante opuestas.Por un lado hay quienes afirman que la relación especial de la nación de Israel con Dios dejó de existir completamente con la venida de Cristo y la institución del Nuevo Pacto.  Ya que la salvación para toda persona, sea judía o no judía, se alcanza únicamente por su fe en la obra redentora de Cristo, ante Dios el ser israelita hoy no es diferente a ser chileno, panameño o japonés.  Esta perspectiva insiste en que la Iglesia es la nueva Israel espiritual.  Por lo tanto los textos bíblicos sobre Israel en el futuro deben ser interpretados como pertinentes a la Iglesia. Se destacan pasajes como Romanos 2:29,  “el verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón.”  (NVI).  Otra cita, Gálatas 6:16,  interpreta la expresión “el Israel de Dios” como la Iglesia.

Los que enseñan esta idea tienden a ser del pensamiento postmileniarista.  Creen que la segunda venida de Cristo acontecerá después de un milenio en que la Iglesia llegará a ejercer su influencia evangelizadora en una manera global y absoluta.  Algunos señalan que en cambio el actual gobierno de Israel rechaza la idea de la divinidad de Cristo.  Esta línea de pensamiento a veces llega a extremismos con una retórica antisemita diciendo que Israel lleva la maldición de Dios.

Por otro lado está la visión que el trato especial de Dios para con Israel no se ha acabado aun.  Desde la muerte de Cristo hasta el arrebatamiento de la Iglesia hay una paréntesis durante la cual Dios ha manifestado su favor de manera especial sobre los no judíos.  Después del arrebatamiento Dios volverá a mostrar su favor especial sobre un santo remanente de la nación israelita la cual llegará a dominar en la tierra durante el reino de mil años de Cristo.

¿Cuál debe ser nuestra actitud hacia estas opiniones tan opuestas? ¿Ha dejado de existir el pacto de Dios para con Israel?  ¿Hace un papel importante la nación de Israel en la escatología?

Responde el pasaje de Romanos 9-11 haciendo uso de preguntas retóricas para entablar la discusión. Rechazó Dios a su pueblo? 11:1. ¿Acaso tropezaron para no levantarse jamás? 11:11.  Evidentemente Pablo anticipa un rotundo ¡No! como respuesta.

Un estudio de esta división de la carta junto a otros pasajes paralelos del Nuevo Testamento nos ayudará mucho a comprender la condición y el papel de Israel en la historia de la salvación durante el pasado, el presente y el futuro.

 

1.   Israel bajo el antiguo pacto,  9:1-29

Pablo reconoce que antes de la venida de Cristo la nación de Israel gozaba de una relación especial con Dios.  En 9:4,5 el apóstol enumera ocho bendiciones especiales que Israel había recibido:

1.1       la adopción como hijos

1.2       la gloria divina

1.3       los pactos

1.4       las leyes recibidas

1.5       la adoración en el templo

1.6       las promesas

1.7       los patriarcas

1.8       Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas, nacido de su linaje.

 

En seguida el apóstol destaca que tales bendiciones no fueron de provecho para todos los que nacieron como israelitas, 9:6, sino para el grupo selecto de verdaderos “hijos de la promesa”, los que habían imitado el ejemplo de su padre Abraham, el hombre de fe, 4:16,17. En el capítulo 4 Pablo ya había puesto énfasis sobre la verdad que la justificación de Abraham y de sus descendientes fue por su fe, 4:13. Las obligaciones de Dios en el pacto siempre han sido para un remanente fiel.

Pablo afirma la justicia de Dios en bendecir a aquellos que permanecen en la relación de fe y de rechazar a quienes porfían en desobediencia a su pacto. Históricamente Israel rechazó al Mesías y al nuevo pacto. Salió así del abrigo de la protección especial en que Dios tantas veces los había envuelto, 9:14-19.

 

2.   Israel durante la “era de los no judíos”, 9:30-10:21. 

No obstante las grandes bendiciones pasadas, Pablo reconocía varias tristes verdades sobre el estado de sus compatriotas por haber rechazado al Mesías.

2.1       Buscan la justicia por las obras de la ley, 9:31,32.

2.2       Cristo les ha sido una piedra de tropiezo, 9:32,33.

2.3       Tienen celo de Dios, pero no basado en un conocimiento correcto, 10:2,3.

2.4       No se han sometido a la justicia de Dios, 10:3.

2.5       No han aceptado las buenas nuevas del evangelio, 10:16.

2.6       Han sido un pueblo desobediente y rebelde para con Dios, 10:21.

 

Este rechazo de Cristo de parte de Israel no fue el resultado de una acción determinante de Dios, sino el fruto de su propia desobediencia a la expresa voluntad de Dios en Cristo, el verdadero fin de la ley, 10:1-4.

Dios hizo, sin embargo, que aun este rechazo resultara en algo bueno: la conversión de los no judíos. Pablo declara que Dios en su presciencia ya había anunciado tal resultado por medio de los profetas Oseas e Isaías, 9:25-29; 10:19-21. Al ser rechazado por Israel, Dios llamaría a otro pueblo. Se mostraría a quienes no le habían buscado hasta que esto provocase a celos a Israel.

Pablo pide a la iglesia que no se jacte en contra de los israelitas. Aunque anden lejos de Cristo, Dios no ha dejado de tenerlos en su plan. Usa la metáfora de ramas injertadas para enseñar que el cristiano no judío no debe olvidar que “tu siendo de olivo silvestre has sido injertado entre las otras ramas. . . no te creas mejor que las ramas . . . si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco a ti te perdonará”, 11:17, 18, 21.  Esta exhortación indica que el antisemitismo no tiene lugar en la fe cristiana.

El rechazo de Cristo por parte de Israel no durará para siempre, 11:23, 26. En este tiempo cuando el evangelio es predicado y recibido por gentes de todos los pueblos del mundo incluyendo  muchos judíos, no se ve al Israel nacional tornándose en forma masiva hacia Cristo el Mesías.  Sabemos que vendrá un día cuando sí un remanente grande lo haría.  Pablo asegura que será algo grande, 11:11,12.

 

3.  Israel durante la Gran Tribulación

La epístola a los Romanos no da detalles sobre cómo o cuándo se producirá el gran arrepentimiento de Israel. Indica, sí, al citar a Isaías 59:20,21, que será en el tiempo de la segunda venida de Cristo.

Para apreciar más detalles sobre el papel de Israel en la escatología, es necesario ver los pasajes de Daniel y Apocalipsis que tratan el asunto. Daniel, como todos los otros profetas, reconoció la rebelión de Israel contra Jehová como la causa de su terrible sufrimiento durante sus días, pero también veía a una nación de Israel en el horizonte del futuro más distante. En la profecía clave de las setenta semanas de Daniel 9:20-27, Gabriel asegura a Daniel que las setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, 9:24. Un estudio cuidadoso del pasaje revela que las primeras sesenta y nueve semanas se relacionan con Israel desde el tiempo de su retorno de la cautividad hasta el Mesías y la posterior destrucción del templo por Tito. Luego se aprecia el paréntesis de los no judíos. La semana setenta vuelve a enfocar a la nación de Israel. A la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.  Daniel 9:27.

Se declara en Daniel 12:1 que Israel será libertado en el tiempo de gran angustia. Se ve la protección especial de Dios sobre la nación israelita durante la Gran Tribulación. La expresión “tu pueblo” que aparece en Daniel 9 y 12 no puede ser interpretado como cualquier otra cosa que Israel, el pueblo de Daniel, jamás olvidado o negado por él durante sus largos años en Babilonia. Es imposible pensar que para Daniel la expresión “tu pueblo” tenga que ver con cristianos no judíos.

Daniel, Apocalipsis y otras epístolas paulinas revelan aun más datos sobre lo que ha de pasar en Israel durante los tiempos finales que Pablo no menciona en su carta a los Romanos. En otros libros, por ejemplo, sabemos de la recuperación de Israel de sus tierras, de la existencia de un templo en Jerusalén. Ahí el Anticristo de modo similar a Antíoco Epífanes romperá su pacto con Israel y profanará el lugar “haciéndose pasar por Dios”, 2Tesalonicenses 2:4; Daniel 9:27, 11:36-39; Apocalipsis 12:6; 13:2-8.

Es verdaderamente impresionante pensar en los eventos que han ocurrido en Palestina durante este siglo: el retorno del pueblo judío, la restauración de la nación de Israel, las increíbles victorias israelitas en las guerras, el renovado fervor hacia el culto ortodoxo judío y el interés en construir el templo.

Nada menos que la revista secular, defensora absoluta de la teoría de la evolución, National Geographic, en su edición de abril, 1996, incluyó un interesante artículo sobre la realidad actual en Jerusalén. Dejó en claro el fuerte interés que hoy se observa en Israel para reconstruir el templo. Indica que el rabino principal del Muro cree que el templo descenderá milagrosamente del cielo.

La historia actual de Israel se mueve precisamente en la dirección que las profecías sugieren acerca de la nación durante los tiempos finales.  Se introduce un selecto grupo de 144.000 en Apocalipsis 7:1-8. Muchas diferentes interpretaciones han surgido sobre la identidad de estas personas.  Con todo, dos o tres de ellas predominan en el mundo evangélico. Quienes sostienen que Dios hoy no tiene una relación o plan especial para Israel y que la Iglesia ha de pasar por la Gran Tribulación afirman que este número simboliza a la Iglesia completa. F.F. Bruce pertenece a este grupo.

El problema con esta interpretación es que no reconoce la evidente importancia que Juan atribuye a la nación de Israel en el Apocalipsis. Decir simplemente que las menciones de Israel en el Apocalipsis deben entenderse como referentes a la Iglesia es negar la obvia distinción que Juan hace entre personas judías y no judías, entre patriarcas y apóstoles, a través de todo el libro. Juan ve alrededor del trono a veinticuatro ancianos, Apocalipsis 4:4. Una interpretación lógica y muy aceptada de eso es que representan a los doce patriarcas y a los doce apóstoles, símbolo de todo el pueblo de Dios de toda la historia humana unida en adoración. En la visión de la nueva Jerusalén, la ciudad tiene doce puertas que llevan los nombres de las doce tribus de Israel, 21:12. La ciudad tiene también doce cimientos en los cuales están los nombres de los doce apóstoles, 21:14. ¿Cómo se puede decir que un conjunto de nombres es simbólico pero el otro es literal? Queda claro para Juan que todo el pueblo de Dios ha llegado a su presencia por medio del sacrificio de Cristo el cordero, 5:8-10.  En ese pueblo, sin embargo, se reconocen con distinción sus partes israelitas y gentiles.

El pasaje sobre los 144.000 de Apocalipsis 7:1-8 claramente los identifica como  israelitas. Del mismo modo en el siguiente versículo se identifica a la gran multitud vestida de ropas blancas como de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. De nuevo uno se debe preguntar, ¿cómo puede ser la identificación del versículo 7 simbólica, pero la del versículo 8 literal?

Es así que la Gran Tribulación que se llevará a cabo durante los siete años después del arrebatamiento incluirá la manifestación especial del poder de Dios para un remanente de su pueblo israelita quienes confiarán en Cristo y gozarán de la protección  especial de Dios para sobrevivir esos años terribles de persecución y de juicio divino sobre la tierra, Apocalipsis 7:3.

 

4.   Israel durante el milenio

El milenio será el período de tiempo después de la Gran Tribulación y la segunda venida de Cristo cuando reinará sobre la tierra en la compañía de sus santos.  Los grandes profetas de Israel anunciaron que vendría este tiempo glorioso cuando Jerusalén será la ciudad principal de toda la tierra. Cristo reinará desde Jerusalén sobre un mundo lleno de paz. Miqueas lo describe con elocuencia en 4:1-3, 6-8.

 

5.   Israel en relación a la tierra nueva y cielo nuevo

En la etapa de la tierra nueva, la final de la escatología cristiana, aun se ve el afecto de Dios para con Israel. La ciudad santa, capital del reino de Dios, se ha de llamar “La Nueva Jerusalén”, Apocalipsis 21:2. Allí el pueblo de Dios será uno solo. Viviremos bañados en la gloriosa luz que emana de la faz de Cristo, nuestro único Salvador. Habrá personas que llegaron desde cada lengua, tribu y nación de la tierra. Pero la memoria de los patriarcas de Israel y el amor de Dios para ese pueblo serán atestiguados por toda la eternidad.

Jaime Mazurek B.


 
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1 Comentario  comments 

Una respuesta

  1. Excelente exposición del punto en el que suelen confundirse las profecías de Israel con las de la iglesia.

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