Por Luisa Jeter de Walker
¿Halla usted difícil la calificación de temas? Cierto profesor resolvía el problema con tirarlos todos sobre una escalera. Los que caían en el primer escalón sacaban “D”, por deficiente; en el segundo, “C” por corriente o regular; en el tercero, “B” por bueno o notable; y en el cuarto “A” por admirable o sobresaliente. ¡No recomendamos su método!
Sin embargo, el profesor hacía bien en usar letras en lugar de notas numéricas para los temas. Hay también una adaptación lógica del sistema. Ward R. Williams, decano en Evangel College, recomienda primero una lectura rápida, superficial, poco más que una ojeada, de todos los temas. Esto es para tomar una impresión del tema como una unidad, sin detenerse para analizar sus divisiones. Al revisarlos así, se los va colocando en cuatro montones: los verdaderamente sobresalientes, los buenos, los regulares y los inferiores. Ya los tiene, tentativamente en los cuatro “escalones”: A, B, C y D.
Ahora se vuelve a leerlos, pero esta vez cuidadosamente, trabajando en orden desde los mejores hasta los peores para combatir la tendencia de dar notas demasiado altas a los inferiores. Se analiza el trabajo, escribiendo correcciones y sugerencias y calificándolo. Cuando se encuentra uno que es mucho mejor o peor que los demás en su montón, se compara con los trabajos del montón contiguo. Si cabe mejor entre ellos, se cambia; si no, se deja en el “escalón” donde cayó primero, pero se le puede poner a la nota un “+“ para indicar superioridad, o un “-” para demostrar que está en el rango inferior de la nota. Por ejemplo, si “C” representa trabajo normal, lo que se puede esperar de la mayoría, “C+” indica que es un poco mejor que lo normal. “C-” indica que no es malo, pero deja algo que desear.
Este arreglo preliminar de los temas evita uno de los mayores problemas de su calificación, el de la variación de la nota según lo que el maestro había juzgado antes de examinarlo. Por ejemplo, diremos que el tema de Humberto es regular, ni más ni menos, y merece una “C”. Si justamente antes de leerlo el maestro ha luchado con un papel muy enredado y deficiente, el tema de Humberto le parece sobresaliente; le pone una “A”. En cambio, si lo lee inmediatamente después del trabajo hermoso, cabal, y realmente sobresaliente entregado por Guillermo, el trabajo de Humberto le parece tan mediocre en comparación que le pone una “D”. El sistema de los montones hace que cada tema se lea entre los de aproximadamente la misma categoría, siendo más fácil basar la nota sobre el valor del trabajo y no sobre el contraste con otros.
Otra cosa que puede hacer variar la nota es el estado de ánimo del maestro. Cuando se siente triste y deprimido o con dolor de cabeza, mejor que haga otro trabajo y no califique temas. Pero cuando está alegre, cuidado que la generosidad le impulse a dar notas inmerecidas. Puede variarse el criterio y la nota también según el tiempo que el maestro tenga para un análisis cuidadosa del trabajo. Por consiguiente, conviene calificar seguidamente todos los temas de la clase en el mismo día para darles el mismo trato.
Uno puede preparar su propia planilla mimeografiada, si gusta, para la calificación de temas y libretas. Así el maestro puede tener archivados detalles más exactos del trabajo del alumno que le ayudarán a observar mejor el progreso de este. Damos una muestra. Si gusta se le puede dar, o prestar, al alumno mismo la planilla para que él vea cuáles son sus puntos débiles y procure mejorarlos.
JUAN M. GÓMEZ 16/IV/1961
Nombre del alumno Fecha
Asignatura
DOCTRINA II
Título del Tema
CRISTO MUESTRA JUSTIFICACIÓN
Cualidades del tema que se califican
1. Datos correctos
2. Originalidad de pensamiento y de presentación
3. Evidencia de investigación
4. Organización de la materia
5. Caligrafía y ortografía
6. Cabalidad del trato del tema
Divídase el total entre seis
8+3+2+1= 14
14/6 + 2,3
Nota: C (2,3)
- Todos los datos han sido correctos; en ese tiene cuatro puntos.
- Su presentación es regular pero no se destaca por su originalidad; se le dan dos puntos.
- No da evidencia alguna de investigación, pues tiene solamente lo que se ha tratado en clase y lo que había en el libro de texto; no se le da ningún punto aquí. (Por supuesto es responsabilidad del instituto proveer libros de consulta. Si no los hay se omite este punto y se divide el total entre cinco.)
- Su materia está organizada admirablemente, en forma lógica sin seguir sencillamente el bosquejo dado en el libro. Merece cuatro puntos.
- La caligrafía y la ortografía son pésimas, pero está luchando por mejorarlas; se le da un punto.
- Tiene todos los puntos principales que el tema debe incluir. El desarrollo de dos es bastante regular; el del tercero es sobresaliente. Se le dan tres puntos, o “B”
Al sumar los puntos tenemos 14. Esto dividido entre 6 nos da 2,3 puntos, o “C”.
Una advertencia final: tome en cuenta la capacidad del alumno y la preparación que ha tenido. No se puede esperar la misma clase de trabajo en el primer año que en el tercero. Recuerde también que si le da “A” y “B” a todo el mundo, se les está robando el estímulo para mejorar su trabajo. No deje caer todos los papeles en el mismo escalón.