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¿Qué es más importante?

Por publicado originalmente en CONOZCA edición 1996.1

Por Floyd W. Woodworth

 

 

EN LA ESCALA de valores espirituales, los pentecostales ponen la experiencia en primer lugar.  Así opina el teólogo liberal, Harvey Cox. Este profesor de Harvard ha realizado investigaciones sobre el movimiento pentecostal en el mundo entero. Me inquieta la conclusión a que ha llegado Cox. No es cierto, pensé, cuando la leí. Pero al volver a considerarla, me asusto.  Recuerdo lo que he observado y lo que me cuentan mis alumnos. En menos de un año he escuchado frases como estas:

  • “Fue de tanta bendición el culto que ni hubo predicación”.
  • “El Señor quiere hacer cosas nuevas.”
  • “Si los resultados son buenos, no se puede dudar que esto es de Dios”.
  • “El hermano Fulano lo dice y mira cómo Dios lo bendice”.

 

Uno de los puntos de diferencia entre los católicos y nosotros es el lugar que se concede a las Escrituras.  Ellos las ponen a la par de la tradición. En cambio, los evangélicos asignamos la suprema autoridad a las Escrituras.  “Solo scritura” pregonaban los reformadores.
Pero Cox cree que los pentecostales pregonamos la superioridad de la experiencia.

Supongo que Cox habrá á llegado a sus conclusiones escuchando hablar a los pentecostales en vez de examinar nuestras declaraciones de fe. La verdad es que muchos todavía proclamamos por escrito en nuestra Declaración de Verdades Fundamentales que la Palabra de Dios es nuestra regla de fe y conducta. Me temo que en la práctica más de una iglesia pentecostal confirmaría lo que Cox ha percibido que es lo importante para un pentecostal. Las cuatro frases que enumeré arriba revelan que en la mente de muchos, la experiencia es el factor decisivo, que decide.

Si es así, ¿a dónde iremos a parar? Estamos en peligro de perder estabilidad, dejándonos mover por cualquier experiencia que nos satisfaga
Claro que no se puede menospreciar una relación emocional con Dios. Ni se pretende abogar por una fe sin vida. Pero queda por cierto que ningún matrimonio será estable si los cónyuges asignan más autoridad a las emociones que a los principios. Algo superior a las emociones hace falta para cimentar las relaciones en el hogar.
De igual modo la iglesia que se expone a caer en la costumbre de relegar a la Biblia una autoridad secundaria, toma un camino que más tarde o más temprano conducirá a desvíos indeseables.

Floyd Woodworth W.


 
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1 Comentario  comments 

Una respuesta

  1. Fermina Hernandeza Martiknez

    Lamentablemente asi es, necesitamos empeñarnos mas en darle prioridad a la enseñanza de la Palabra de Dios, y concientizar a la feligresia sobre la imperante necesidad de conocer sus bases teologicas y de analizar el lugar de la emocion versus Escritura. Un pueblo que lee, es un pueblo que se prepara, y no acontezca lo que dice el Escritor Sagrado: “Mi pueblo fue talado por que le falto sabiduria” Oseas 4:6 JBS

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