Facebook Twitter Gplus RSS
magnify
Home 2025.1 Los salmos de sabiduría
formats

Los salmos de sabiduría

Por publicado originalmente en CONOZCA edición 2025.1

Por Pablo Kazim

Los salmos de sabiduría constituyen uno de los tipos más distintivos de salmos del Salterio. Son los siguientes: 1, 14, 37, 73, 91, 112, 119 y 128. Son salmos que reflexionan sobre la sabiduría, sobre el destino de los justos y los malvados, y sobre la Ley. Se distinguen por su tono reflexivo, meditativo, y por su carácter didáctico. Proponemos a continuación algunas particularidades de cada uno de ellos.

Salmo 1

El primer ejemplo de salmo sapiencial es el primer salmo del salterio, el Salmo 1. Este salmo declara felices a aquellos que no siguen los consejos de los malvados, sino que se deleitan en la ley del Señor. La palabra traducida como ley es la palabra hebrea torá. Esta palabra se utiliza comúnmente para designar la Torá o Ley de Moisés, que corresponde al Pentateuco de nuestras Biblias. Pero la palabra torá también tiene un significado más amplio. Puede utilizarse para la instrucción de los sacerdotes, en cuestiones técnicas del culto en el templo. En el contexto de la literatura sapiencial, significa básicamente «instrucción».

Por ejemplo, “Hijo mío, no olvides mi enseñanza (Pr.3:1), el término enseñanza se traduce como torá. En el Salmo 1 la “ley del Señor” es realmente la instrucción del Señor, o mejor dicho “el camino del Señor”. No está limitada a la Ley de Moisés. Pide una actitud de reverencia hacia la Ley como expresión de una forma de vida.

El punto principal del Salmo 1 es asegurar al lector que aquellos que siguen “el camino del Señor” prosperarán y que los malvados serán arrastrados como paja. Esta es una afirmación típica de los escritos sapienciales, pero su verdad está lejos de ser evidente. De hecho, el salmista, se siente constantemente preocupado por el hecho de que los malvados a menudo parecen prosperar y los justos parecen sufrir. El Salmo1 no se preocupa por este punto, sino afirma el éxito de los justos como un artículo de fe, pase lo que pase.

La posición de este salmo es significativa, marca el tono de todo el Salterio. Algunos estudiosos sostienen que el Salterio se había convertido en un libro de instrucción a finales del período del Segundo Templo. La prueba de ello es la ubicación del Salmo 1 y la recurrencia de los salmos sapienciales a lo largo de la colección. Pero no implica que a los salmos sapienciales le faltaba un uso devocional en el culto y la vida personal.

Salmo 14

El Salmo 14 dice que los sabios son aquellos que buscan a Dios. Los necios dicen en su corazón: “no hay Dios”. En el mundo antiguo los pueblos pensaban que toda la creación estaba llena de dioses que mantenía control divino sobre el universo. Pero, aunque su cosmovisión estaba repleta de divinidades, no todos prestaron atención a los dioses ni los israelitas al Dios de Israel. El salmista insiste en que los necios estarán a atemorizado, porque Dios está con la compañía de los justos. En este caso, sin embargo, el salmo termina con una oración:
 
¡O que la liberación de Israel venga de Sión!
Cuando el Señor restaure la fortuna de su pueblo,
Jacob se regocijará, Israel se alegrará (Sal.14:7).

La oración es una admisión tácita de que la retribución es algo que se espera, no algo que siempre se da en la experiencia.

Salmo 37

En este salmo, su autor al comienzo asegura que los malvados pronto se desvanecerán como la hierba. Insta a la gente a ser paciente: “Quédate tranquilo ante el Señor y espéralo con paciencia” (Sal.37:7). Sin embargo, el salmo llega a su punto culminante se encuentra en el versículo 25:

He sido joven y ahora soy viejo
y nunca he visto al justo desamparado
ni a sus hijos mendigando pan.

Es difícil estar de acuerdo con el salmista. Quien nunca haya visto a una persona justa en la pobreza, no ha visto mucho de la sociedad.

Para ser justos con el salmista, la cuestión no es que los justos nunca sean pobres. Sin duda, él sabía que eso no era así. Más bien, presenta dos argumentos. Uno es el argumento de la paciencia; confía en Dios y las cosas mejorarán. Es uno de los aspectos más básicos de la fe, pero hasta eso no siempre es la realidad de todos los que creen en Dios.

El segundo argumento es que lo poco que tiene el justo es mejor que la abundancia del malvado. Esto sugiere que las personas pueden, hasta cierto punto, controlar su destino con su actitud. Es posible encontrar satisfacción en lo poco, y la abundancia no es garantía de felicidad. Esto no es una solución al problema de la pobreza. Es importante notar que el salmista dice al lector que “no se enoje”, porque eso solo conduce al mal (vs.8). Esta actitud es muy diferente a la de los profetas, que veían un lugar para la ira justa. Está muy en consonancia con la mentalidad conservadora de la tradición sapiencial.

Salmo 73

El salmo 73 es excepcional en el Salterio en la medida en que admite el problema:

Vi la prosperidad de los impíos.
No tienen dolor; sus cuerpos son sanos y robustos.
No están en apuros como los demás,
no están afligidos como el resto de los hombre (Sal.73:3-5)

También se caracterizan por su desprecio hacia Dios: Preguntan: ¿Cómo puede Dios saberlo? ¿Hay conocimiento en el Altísimo? (Sal.73:11). En consecuencia, el salmista se amargó y se volvió “como una bestia salvaje”. Afirma haber superado sus dudas cuando: “entré en el santuario de Dios; entonces comprendí su fin”.

En parte, al menos, su transformación es una cuestión de confianza en la presencia de Dios:

Estoy siempre contigo; tú sostienes mi mano derecha,
me guías con tu consejo (Sal.73:23-24).

Incluso expresa la esperanza, atípica en los salmos, de que “después me recibirás en gloria”. No es que sea testigo de la derrota de los malvados, sino que la satisfacción que le produce la presencia de Dios compensa con creces el agravio de su aparente éxito:

Para mí es bueno estar cerca de Dios;
he hecho del Señor Dios mi refugio (Sal.73:28).

Salmos 19 y 119

El salmo más extenso del libro le dedica una especial atención a la Ley o Torá. Junto al Salmo 19, se refieren específicamente a los preceptos y mandamientos. Es significativo que el Salmo 19 no comience con la historia de Israel, sino con una apelación a la naturaleza:

Los cielos cuentan la gloria de Dios
y el firmamento proclama la obra de sus manos (Sal.19:1).

El recurso a la naturaleza como revelación de Dios es típico de los himnos del Salterio (véase especialmente el Salmo 8). Cuando se introduce la ley del Señor en el versículo 7, se piensa inicialmente en la ley de la naturaleza, y de hecho la implicación es que la ley de la naturaleza y la ley de Moisés son una y la misma El resto del salmo habla de la ley en términos bastante generales. Es perfecta, segura, justa, clara, pura. Sin embargo, en ningún momento el salmista se detiene a considerar lo que realmente exige la ley del Señor.

Esta veneración icónica de la Torá continúa en el Salmo 119, el salmo más largo del Salterio, con 176 versículos. El salmista protesta:

 
Encuentro mi deleite en tus mandamientos, porque los amo.
Venero tus mandamientos, que amo, y medito en tus estatutos (Sal.119:48).

Pero nunca cita los detalles de ninguno de estos mandamientos. Más bien, sigue mencionando la ley como una especie de mantra. Simboliza una forma de vida. Es “lámpara para mis pies y luz para mi camino” (Sal.119:105).

Salmo 112

Este salmo es excepcional al asociar a los sabios con una virtud particular, en este caso la generosidad. El salmo concuerda con la suposición habitual de que la riqueza y las riquezas están en las casas de los justos. Pero eso no es un fin en sí mismo. Más bien, los justos:

Se levantan en la oscuridad como una luz para los rectos
Son clementes, misericordiosos y justos.
Bien les va a los que son generosos y prestan,
los que llevan sus asuntos con justicia (Sal.112:4-5).

En el judaísmo del Segundo Templo, la palabra hebrea para justicia, tsedakah, pasó a significar limosna. El Salmo 112 se acuerda con esta asociación entre justicia y limosna, lo que probablemente sea un indicio de una fecha tardía.

Salmo 128

El Salmo 128 también pone el énfasis en los frutos de la sabiduría. En este caso, el salmista habla del “temor del Señor”, reconocido como el principio de la sabiduría (Pr.9:19). El temor del Señor significa una actitud religiosa, por la cual uno reconoce su dependencia de un poder superior. El Salmo 128 habla de las bendiciones que se derivan del temor del Señor, no en términos de riqueza, sino en términos de familia: “tus hijos serán como renuevos de olivo alrededor de tu mesa, y verás a los hijos de tus hijos”.

El uso de los salmos de sabiduría

Los salmos sapienciales se diferencian de otras partes del Salterio en que no fueron concebidos para el culto. Son más bien material educativo y aportan al Salterio un carácter didáctico. Al mismo tiempo señalan que el estudio es una forma de culto y dan testimonio de la creciente importancia de la Torá para la vida religiosa.

Pablo Kazim Gury


 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

*


tres × 2 =

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>