Por Isaí Garzón T.
Ministros y maestros,
siervos del Altísimo, mirad hacia lo lejos.
Cuán bella es la naturaleza, pero en su nido se albergan
tantas necesidades espirituales;
a diestra y siniestra la gente
se viste con traje de luto.
Santos de Dios, vosotros tenéis
como sello la unción del Espíritu;
como vestido la fuerza del Todopoderoso y
como espada el acero templado de la Palabra de Dios.
¡Adelante! es el grito renovador que da fortaleza y victoria.
Abrid vuestros labios y proclamad
por todas partes la enseñanza divina
que vosotros mismos aprendisteis por la sabiduría de Dios.
Enseñad la sana doctrina, buscad inteligencia
y comparad vuestro corazón con la verdad,
La sombra protectora del Eterno os ampare en el camino.