El nombre del país más grande de África no sale todos los días en los titulares de nuestros periódicos en las Américas, pero no por eso deja Sudán de tener importancia. Sus 21.103.000 habitantes le dan importancia, y aun más cuando el seguidor de Cristo se da cuenta que la mitad de los sudaneses nunca han oído el evangelio.
Las superpotencias mundiales le dan importancia al país por su estratégica ubicación. Tiene costa en el Mar Rojo, frente a la Arabia Saudita. Queda entre Egipto al norte, Etiopía al este y al sur se hallan Kenia, Uganda y Zaire mientras que al oeste están Chad y Libia. La extensión de su superficie de 2.505.813 km2 forma una inmensa llanura que en el norte es desértica y en el sur es todo un paraíso de bosques y verdes sabanas. Esta parte podría llegar a maravillas en la agricultura.
El país todavía no se recupera del todo de la horrible guerra civil en que perecieron un millón de almas. Para complicar sus problemas, han cruzado sus fronteras un millón de personas que buscan refugio de la guerra civil de Etiopía y del hambre.
El 73% de la población son árabes que practican la forma sunni del islamismo. El 18% son animistas y se calcula que el 5% creen en alguna forma de cristianismo. La capital es Jartum con medio millón de habitantes. El clima de esta ciudad es caluroso todos los meses del año. El analfabetismo en el país llega al 80%.
Muchos grupos étnicos en el Sudan están marginados. No tienen las Sagradas Escrituras en su propio idioma. Urge que evangelistas transculturales les presenten el evangelio en formas comprensibles para ellos.
Ahora se respira más libertad religiosa que años atrás. A pesar del fanatismo de los musulmanes del norte del país, algunos se interesaron en las Escrituras de los cristianos y llegaron por sí solos a darse cuenta de la necesidad de arrepentirse de su pecado y seguir a Cristo. Con todo, son contados los creyentes declarados en el norte, de los cuales algunos son pentecostales.
La iglesia sudanesa que se ha vinculado con las Asambleas de Dios comenzó hace nueve años. Hoy cuenta con unos 2.000 miembros y 20 ministros con credenciales. Recientemente dieron inicio a un instituto bíblico en el sur, en el que estudian 15 alumnos. La obra adolece de una gran escasez de líderes.
El Sudan es otra de las naciones incluidas en la Gran Comisión. Pidamos con fervor que el Espíritu Santo obre para que se evangelicen todos los grupos étnicos del país más grande de África.
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