Por M. David Grams

(Nota del editor: En respuesta a nuestra solicitud de escribir un tributo sobre su amigo y colaborador, el Hno. David Grams, gentilmente nos entregó una copia de una carta que le escribió hace algunos años, que expresa sus sentimientos de manera perfecta. Gracias, hno. David.)

17 de mayo, 2007

Rvdo. Floyd Woodworth

Costa Mesa, CA

Floydo,

Muy poca gente tiene durante su vida la buena fortuna de tener un fiel amigo, colaborador y compañero como tú.  ¡Y por tantos años!

He estado viendo unos viejos archivos y papeles durante estos días, todos guardados en cajas que trajimos en nuestra mudanza a nuestro nuevo hogar, y he sido profundamente impresionado al ver cuantos miles en toda América Latina han sido eternamente bendecidos por tu ministerio. ¡Qué impacto ha producido medio siglo de servicio dedicado y tenaz! ¡Qué vida!

Elegiste el camino difícil, el de identificarte estrechamente con tus hermanos en cada nación de América Latina, creyendo en ellos, gastando tus energías para formarles en los institutos bíblicos, en el ISUM, en la Facultad de Teología y como escritor y editor.

El Servicio de Educación Cristiana en la América Latina ha provisto un paraguas para que personas como tú y yo podamos entregarnos enteramente a la obra de la formación de líderes. Pero tú has estado en esto desde el día cuando te sentaste con un pequeño grupo de visionarios para preparer el plan CEIBAL en 1960, y nos sentamos juntos con el comité en Lima, Peru, cuando nacieron el SEC y el ISUM en 1968. ¡Wow! ¡Casi cuarenta años!

En los archivos del Cielo se han registrado todas las horas que invertiste en cada hora de clase que enseñaste en por lo menos cien seminarios del ISUM, las horas que pasaste (a menudo después de la cena) aconsejando a ministros-estudiantes atribulados, tu excelencia en el aula de clase, tus años de destreza como Editor de materiales educativos del SEC y como Editor de CONOZCA. Y además, el trabajo arduo y poco celebrado como secretario de actas para las varias comisiones administrativas.

La nueva generación de líderes de todo nivel en las naciones de América Latina dan evidencia amplia que una vida invertida en la formación de otros siervos es como Cristo edifica su Iglesia. ¡Son nuestros alumnos, Floydo, nuestros graduados, nuestros amigos! Y ahí están, haciendo mejor trabajo que nosotros jamás podríamos haber hecho.

Hablo por todos ellos cuando te digo, GRACIAS, HERMANO FLOYD, por ser un auténtico líder siervo.

Te bendigo en el nombre de Jesús,

M. David Grams