Conductora fiel de santos mensajeros,
eficaz exponente del Verbo Sagrado,
cumplidora ejemplar del santo legado,
y en metas impuestas, entre los primeros.
Disfrutaba dando siempre lo mejor;
consejos, mensajes, el pensamiento.
Sustraía del cielo el alimento
que alegre repartía en bandejas de amor.
Las sombras disipaba su sonrisa;
sus ideas, obstáculos rompían;
orgullosos sus discípulos veían
coloso espiritual en la hermana Luisa.
Fue un ángel enviado con nombre de mujer,
irradiaban pureza sus sabias emisiones,
hizo ella inteligible que en Cristo está el poder.
por ella disfrutamos divinas percepciones,
A Dios hoy agradecen nuestros corazones
por el precioso ángel: doña Luisa Jeter.
– Eulogio B. Rivero
Alumno del 1952 al 1954