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¿Cómo alcanzar la felicidad en un mundo posmoderno? Un análisis retorico – exegético del octeto de álef del Salmo 119

Por publicado originalmente en CONOZCA edición 2025.1

Por Giselle Torres Venegas

1אַשְׁרֵ֥י תְמִֽימֵי־דָ֑רֶךְ הַֽ֝הֹלְכִ֗ים בְּתוֹרַ֥ת יְהוָֽה׃
2אַ֭שְׁרֵי נֹצְרֵ֥י עֵדֹתָ֗יו בְּכָל־לֵ֥ב יִדְרְשֽׁוּהוּ׃
3אַ֭ף לֹֽא־פָעֲל֣וּ עַוְלָ֑ה בִּדְרָכָ֥יו הָלָֽכוּ׃
4אַ֭תָּה צִוִּ֥יתָה פִקֻּדֶ֗יךָ לִשְׁמֹ֥ר מְאֹֽד׃
5אַ֭חֲלַי יִכֹּ֥נוּ דְרָכָ֗י לִשְׁמֹ֥ר חֻקֶּֽיךָ׃
6אָ֥ז לֹא־אֵב֑וֹשׁ בְּ֝הַבִּיטִ֗י אֶל־כָּל־מִצְוֺתֶֽיךָ׃
7א֭וֹדְךָ בְּיֹ֣שֶׁר לֵבָ֑ב בְּ֝לָמְדִ֗י מִשְׁפְּטֵ֥י צִדְקֶֽךָ׃
8אֶת־חֻקֶּ֥יךָ אֶשְׁמֹ֑ר אַֽל־תַּעַזְבֵ֥נִי עַד־מְאֹֽד׃
 

El acercamiento al salterio 119 requiere la dignidad misma que atraviesa toda la escritura; donde, las verdades sublimes de Dios se acomodan a la capacidad espiritual más humilde y al mismo tiempo las verdades dichas son tan altas que satisfacen la necesidad intelectual más elevada.[i]

Mientras realizaba la investigación exegética recordaba que la primera vez que estudie este salmo fue para una tarea del equipo de liderazgo de la iglesia local en Villamaría Caldas, Colombia. La pastora nos pidió entregarle una paráfrasis de cada versículo y a mis 17 años fui la única que entregó la curiosa encomienda.

Ni ella ni yo imaginamos en ese momento que años después presentaría un acercamiento exegético del mismo salmo. Así que, en mi propia vida se cumple la cláusula introductoria de este artículo: el Salmo 119 respondió de forma devocional a las necesidades espirituales en mi adolescencia y ahora en mi adultez responde a mi madurez intelectual con más fuerza.

Las implicancias exegéticas serán analizadas desde el hebreo y con lineamientos de la retórica semítica, por lo cual se dedicarán unas líneas a explicar en qué consiste el método y cuáles fueron los parámetros interpretativitos. Se pretende posteriormente llegar a unas conclusiones exegéticas y finalmente se abordarán los aprendizajes en aplicaciones prácticas y hermenéuticas.

I. Acercamiento a la retórica semítica y las particularidades del hebreo

La retórica semítica

“Es imperialista y etnocéntrico pensar que solo existe una retórica”.[ii] Es la amonestación que hace este erudito bíblico a la crítica de formas y a la crítica textual.  Para Francesco Graziano profesor de la universidad Pontificia Gregoriana de Roma es importante aclarar a los futuros teólogos que la manera como está estructurado el texto bíblico no obedece a los parámetros de la retórica greco – latina sino a la semítica.[iii]

Una de las diferencias más notables se observa en el pensamiento griego que propende por demostrar y debatir un concepto para llegar a la “verdad” mientras que para los semitas la verdad esta expresada y con sus escritos quieren mostrarla. Demostrar para los griegos versus mostrar para los semitas ¡es la gran diferencia!

Con este fin, diseñaron una retórica que dista mucho del pensamiento occidental y que, según Meynet, es la razón por la cual la crítica de formas no le ve sentido a muchos escritos bíblicos y termina por: “devaluarlos y reducirlos a compilaciones”. La manera de escribir de los autores del texto sagrado, aunque escriban en griego esta permeada por esta forma de pensar particular.

Particularidades del hebreo

La mirada común reconoce en los libros poéticos tres métricas paralelas: sinónimo, sintético y, antitético.[iv] Básicamente se observa que en los libros de Salmos, Proverbios y Cantar de los cantares que los autores repiten expresiones en los versos externos para enfatizar una idea central; por otro lado, reconocen la figura de la antítesis usando palabras opuestas o de contraste.

Sin embargo, la retórica semítica va más allá de los libros poéticos y manifiesta que los escritores bíblicos culturalmente utilizan una forma de escritura que escoge dos o tres términos o sintagmas para formar un miembro que tendrá correspondencia con otro conformando un segmento y el paralelismo entre ellos dará luz a estructuras más grandes como un brano (en italiano), una parte y un libro.[v]

Esta cultura semita impregnada desde el Pentateuco hasta los profetas y los judíos escritores de las epístolas hace que el intérprete bíblico se humille en su labor exegética. Cerrar la brecha cultural implica también reconocer la interpretación de los tiempos verbales del hebreo a fin de ser fiel en la exposición de la palabra.

Hacer este estudio del Salmo 119 abrió mis ojos para comprender que, el magnífico Dios sometió la excelencia de su conocimiento a las limitaciones de nuestro lenguaje, y de todas las grafías escogió para comunicar su mensaje el que los sabios de ese tiempo “los greco – romanos” consideraban más vil: “el hebreo”.[vi]

II. Aplicaciones exegéticas

1 Bienaventurados los perfectos de camino, Los que andan en la ley de Jehová.
2 Bienaventurados los que guardan sus testimonios, Y con todo el corazón le buscan;
3 Pues no hacen iniquidad Los que andan en sus caminos.
4 Tú encargaste Que sean muy guardados tus mandamientos.
5 ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos Para guardar tus estatutos!
6 Entonces no sería yo avergonzado, Cuando atendiese a todos tus mandamientos.
7 Te alabaré con rectitud de corazón Cuando aprendiere tus justos juicios.
8 Tus estatutos guardaré; No me dejes enteramente.
 

Dicho esto, nos acercaremos más profundamente a los tesoros que esconden los sintagmas, los tiempos verbales y los paralelos del Salmo 119. La primera observación que salta a la vista al leerlo en la Biblia Hebraica Stuttgartensia (BHS) es que se trata de un acróstico.[vii] Cuando pensamos en esta figura literaria en español mi mente se remonta a un juego de palabras que hábilmente riman a partir de un solo concepto.

Cabe destacar que el autor no tomo como base una palabra para empezar su composición sino las 22 consonantes del idioma hebreo, así que, el acróstico comienza con Álef y termina con Tav. En la BHS es fácil apreciar que cada verso del octeto empieza con la consonante correspondiente.

De manera que si estamos con la letra ג Guímel cada verso iniciara con una palabra que comience por esa letra; por consiguiente no solo es rítmico en sonoridad sino bello al contemplar la simetría caligráfica de las palabras bien escogidas. Dado que el alefato está compuesto por 22 consonantes y cada estrofa tiene 8 versos en el original podemos encontrar claramente 176 versos.

Empezaremos analizando el octeto de versos que comienzan con la consonante אַ álef.  El “Branno” o esta estrofa comienza expresando una bienaventuranza y termina con una demanda de ayuda. Es casi como que, el autor comienza estableciendo los parámetros de lo que es el verdadero éxito y, concluye que, los de conducta intachable que andan en la ley de Jehová son los que pueden ser considerados verdaderamente plenos o felices.

Sin embargo, la petición de ayuda al finalizar el octeto deja claro que esta felicidad es imposible de alcanzar en virtud humana y requiere la asistencia del Todopoderoso y entonces, muy al estilo semítico en la mitad del octeto, deja las instrucciones de cómo lograr dicha vida plena.

En los versos 2 y 7 del octeto podemos observar de forma paralela  לֵ֥ב[Leb] y לֵבָ֑ב [Lebab] las dos expresan “corazón”. ¡Es esta la cuestión precisamente! para andar en los caminos del Señor y guardar sus estatutos se requiere voluntad consciente e inconsciente. Goleman muy reconocido en su trabajo sobre la inteligencia emocional tiene como contemporáneos, por no decir precursores, a Salovey y Mayer quienes reconocen la habilidad de monitorizar emociones para guiar el pensamiento y las acciones del individuo.[viii]

En caso de que, el individuo desee con su corazón esta bienaventuranza y permita la ayuda del Señor entonces, en el centro del octeto se encuentran los verbos que responden al ¿cómo? Con el fin de esgrimir bien lo que corresponde al ser que quiere alabar al Señor con rectitud de corazón me permitiré explicar brevemente las características de los tiempos verbales que en álef se contemplan.

El precioso hebreo no requiere “cantidad de palabras” para expresar un sentimiento como nuestro buen español. Yo diría que requiere “cantidad de sufijos y prefijos”. Al ser una lengua aglutinante, el mismo verbo pero con algunas partículas más le muestra con claridad al exegeta la intención del autor. En este estudio solo quiero mencionar el énfasis de los verbos en hifil, nifal y piel.

Debido a que estos tres aspectos verbales son los presentes en este octeto; en hebreo la acción verbal tiene tres rasgos: simple, intensiva y causativa. Por ejemplo en el siguiente verbo: “romper” de forma simple, “hacer pedazos” de forma intensiva y “provocar que se rompa” de forma causativa. También, presenta tres voces: activa, pasiva, reflexiva. En la primera el sujeto desarrolla la acción, en la pasiva el sujeto recibe la acción del verbo y en la reflexiva el sujeto realiza y recibe la acción verbal.[ix]

En consecuencia el primer verbo a analizar es: אַ֭תָּה צִוִּ֥יתָה. [Ata tsívita] ordenar este verbo del verso 4 es piel acción intensiva y está acompañado de un pronombre, el cuál no sería necesario, dado que está presente el sufijo de persona masculino singular, lo que nos indica que el autor está haciendo un énfasis en la persona que da la orden una transliteración cercana seria: ordenaste firme o enfáticamente.

El segundo verbo a estudiar se encuentra en el verso 5 אַ֭חֲלַי יִכֹּ֥נוּ [ajalai, yiconu] ordenar, afirmar en este caso el verbo es nifal que corresponde a una acción sencilla en voz pasiva por lo cual podemos usar el deseo expresado en la palabra que lo precede “ojala” para interpretar que el escritor anhela que “alguien afirmará, ordenará sus caminos”, “anhelo que mis caminos sean afirmados”.

En tercer lugar aparece en el versículo 6 el verbo:  בְּ֝הַבִּיטִ֗י [behabiti] al escanear este verbo es un hifil infinitivo, es decir, es una acción causativa en voz activa. Se puede transliterar: “yo provocaré contemplar”,  es una acción en sentido declarativo donde el sujeto exhibe un estado o una característica. Un homólogo se encuentra en el verso 7 con el verbo א֭וֹדְךָ [odeja] alabar es también un hifil y quedaría: “yo provocaré alabarte” obedeciendo al sufijo masculino singular.

III. Aplicaciones prácticas

El escritor del Salmo 119 se tomó el tiempo de escoger las palabras que rimaran y comunicaran verdades eternas cuyo tema central es la excelencia de la Palabra de Dios y los beneficios que trae al ser humano. En la cosmovisión judía escribir utilizando las 22 consonantes del alefato significaba plenitud o que algo estaba completo o integro.[x]

Así que, de forma didáctica y general el autor comunica que la contemplación y obediencia a la palabra Dios es sabia y correcta porque la escritura no es solo bella sino además íntegra y contiene la humildad del Señor despojándose de sí mismo y tomando nuestro lenguaje para guiarnos en sus caminos.

Continuando con el octeto de álef, el autor comienza delimitando el verdadero significado de ser bienaventurado.[xi] La felicidad puede encajarse en diferentes corrientes humanas: desear, dejar de desear, tener, renunciar a tener. En un mundo posmoderno con la tasa más alta de depresión y suicidio de la historia,[xii] el autor dice a viva voz que los doblemente felices son aquellos que tienen una conducta intachable porque andan en la ley del Señor.

El compositor noblemente reconoce que necesita la ayuda del Señor para poder alabarle con rectitud de corazón. Es precisamente la voluntad consciente e inconsciente que los neuropsicólogos agrupamos en sistema límbico y amígdala cerebral, el rector de las decisiones más importantes de la vida.

Las dichosas corazonadas son información relevante de memorias sensoriales no conceptualizadas aún por la zona prefrontal y lógica del cerebro pero que en resumidas cuentas toman control ejecutivo. Por lo tanto, el salmista guiado sin duda por el autor de la bioquímica establece que para poder ser bienaventurado aun las emociones deben estar focalizadas y entrenadas para contemplar la Palabra de Dios.

Dicho entrenamiento de la voluntad y las emociones obedece a la autoridad de quien da la orden. “Tu” ordenaste firmemente guardar tus preceptos con diligencia, anhelo que mis caminos sean ordenados para guardar tus estatutos, entonces, yo intencionalmente contemplaré tus mandamientos.

El salmista, como vimos, utilizó el hifil para enfatizar que la contemplación a la palabra más que una romántica metáfora. Responde a establecer sistemáticas decisiones que ayuden a disciplinar el estudio de las Escrituras. La antítesis sería no se puede alabar con rectitud si no se causa una contemplación seria de la Palabra de Dios.

En conclusión, la felicidad imita la humildad del Cristo que usa nuestro lenguaje y que con ejemplo nos enseñó la obediencia a los mandatos del Padre. En un mundo de ambigüedades y descontentos la verdadera plenitud la experimentan los que pueden alabar a Dios con rectitud de corazón. Para lograrlo, el que camina según las Escrituras debe depender del buen Señor y al mismo tiempo disciplinar sus emociones y su voluntad para contemplar sistemáticamente el consejo divino escrito en la preciosa Palabra de Dios


Bibliografía

[i] V.A. (s.f.). An Exposition of Psalmos. Obtenido de Monergism: https://www.monergism.com/exposition-psalm-119-ebook

[ii] Meynet, R., & Oniszczuk, J. (2015). Studi del quarto convegno RBS . Roma: Gregorian & Biblical Press.

[iii] Graziano, F. (2024). Undicesimo Seminario Di Apprendimiento dell´Analisi Retorica Biblica e Semitica. La Retórica bíblica: una introduzione. Roma: RBS.

[iv] Ortiz, D. (2000). Comentario Bíblico Mundo Hispano. El Paso TX: Mundo Hispano.

[v] Graziano.

[vi] Meynet.

[vii] H.Bardtke. (1969). Biblia Hebraica Stuttgartensia. Deutsche Biblegesellschaft.

[viii] Salovey, P., & Mayer, J. D. (1990). Emotional Intelligence. Imagination, Cognition and Personality, 189

[ix] Chavez, M. (1981). Hebreo Bíblico Tomo I. El Paso Texas : Mundo Hispano.

[x] Valci, R. (2019). El Aróstico Hebreo. En G. D. Practico, & M. V. Van Pelt, Basics of Hebrew (p. 5). Grand Rapids, Michigan: Zondervan Academic.

[xi] Manton, T. (1872). Una exposición del salmos 119. London: James Nisbet & Co. Obtenido de https://www.monergism.com/thethreshold/sdg/manton/An%20Exposition%20of%20Psalm%20119%20-%20Manton.pdf

[xii] OMS. Organización Mundial de la Salud. (Último acceso 8 de enero de 2024). Obtenido de https://data.who.int/es/indicators/i/F08B4FD/16BBF41

Giselle Torres Venegas


 

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