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Tres componentes básicos de una lección eficaz

Por publicado originalmente en CONOZCA edición 1980.2

Por Ed Seely

 

Tres alumnos comparaban recientemente sus nuevas clases de la escuela dominical.

–Me gusta la manera en que nuestro maestro nos deja hablar sobre la lección‑ dijo uno de ellos –pero eso es todo lo que hacemos. Es como si cada uno de nosotros contribuyésemos a un fondo de ignorancia.

–Por lo menos ustedes hacen algo-  replicó el segundo –todo lo que nosotros hacemos es escuchar sentados.

–Nuestro maestro nos proporciona muchísima información y nos deja hablar‑ dijo el tercero –pero nada parece ser muy provechoso.

Estos comentarios indican que cada uno de los tres maestros omitió, cuando menos, un elemento esencial de la lección. Para conseguir su fin, una lección debe poseer tres Componentes. Si uno de ellos queda excluido, la sesión será menos eficaz.

No todos los materiales de enseñanza abarcan estas tres partes. Al hacer planes para la lección, use lo siguiente como guía para asegurarse que incluye los tres elementos, a saber:

1) INFORMACIÓN es la presentación del material desconocido para la clase. Sin embargo, esta información debe presentarse relacionándola con la que los alumnos ya saben. Comience identificando lo que los alumnos ya saben, y luego desarrolle el tema sobre esa base.

Evite concentrarse en hechos que el alumno ya conoce. Una de las causas del aburrimiento en la escuela dominical, citadas con más frecuencia, es que “los maestros hablan demasiado sobre cosas que ya sabemos”. Los alumnos son todos diferentes. Tienen interés, experiencia, necesidades y niveles de entendimiento especiales. El material suministrado en la información constituye una especie de eslabón que une a cada integrante del grupo.

La información puede proceder de muchas fuentes, tales como un pasaje de las Sagradas Escrituras, una película o tira de película. La fase de la información da mejores resultados cuando se proporcionan dos direcciones. Obsérvese con qué frecuencia el Señor Jesús entabló diálogos con aquellos a quienes les impartía enseñanzas.

2) PARTICIPACIÓN es la interacción de los alumnos entre sí y con el maestro. Es más probable que se logre la enseñanza y su aplicación si los alumnos tienen la oportunidad de poner en sus propias palabras las nuevas ideas. Esto puede lograrse mediante la forma oral y escrita.

Una de las metas principales en la educación de la iglesia es ayudar a los niños, a los jóvenes y a los adultos a desarrollar la habilidad de comunicar el Evangelio. Existen menos probabilidades de desarrollarse o comunicar el Evangelio si no practican este arte en la clase.

La representación dramática y las discusiones en pequeños grupos contribuirán a que la gente piense teológicamente, con lucidez, preparándola así para las circunstancias con las que se tendrá que enfrentar en el mundo.

3) LA CONCIENCIA DE SÍ significa comprender qué significado tiene la información para la vida de cada uno. Es lo que da sentido a la lección. Es el aspecto que por lo general falta por completo o se lo menciona sólo por encima en los planes de la lección.

Esta conciencia de sí contribuye a que el alumno comprenda de qué manera puede serle de ayuda la información suministrada por el maestro. Los métodos que se emplean para proporcionar este componente abarcan el hacer un montaje o colorear un cuadro que ilustra de qué manera la información está relacionada con un aspecto de su vida diaria. Los miembros de la clase pueden asimismo compartir de qué manera perciben la utilidad del nuevo conocimiento. Un momento de quietud podría abarcar el escribir un párrafo que contenga el resumen de la información por lo que ella significa para la relación del alumno con Dios y los demás. Esta es una forma de contribuir a que los miembros de su clase puedan entenderse mejor a sí mismos.

Estos tres componentes no son necesariamente un proceso gradual en donde primero se proporciona la información, luego la participación y finalmente la comprensión. Se aprende mejor cuando las tres partes se combinan. Por ejemplo, la información y la conciencia de sí pueden alcanzarse mediante informes que hacen los alumnos sobre lecturas realizadas con anterioridad al período de clase. La conciencia de sí puede producirse mediante el ejercicio mediante el cual cada uno de los miembros de la clase comparte los dones que comprende que Dios ha dado.

RECUERDE: La información carece de valor alguno hasta que los alumnos puedan hacer algo con ella. Una de las tareas principales del maestro es la de ayudar a los alumnos de relacionar la información externa con las necesidades internas. Estos tres componentes le ayudarán a hacerlo.

Ed Seely


 

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