HONOR A UN MENTOR DE MENTORES
Honrar el legado de Don Samuel a las siguientes generaciones es un ejercicio fácil y a la vez difícil de realizar. Fácil, porque es indudable su interés a favor de la formación de ministros demostrado por décadas a la familia latinoamericana. Se hace difícil, porque nunca haremos justicia al tratar de expresar en detalle tan importantes aportes. En los anales del Reino, el Señor de la mies sabrá calificar con total justicia el dictamen de “buen siervo y fiel” para tan trascendente labor entre nosotros. En la reciente celebración de cuatro décadas de la Facultad de Teología debemos honrar a su fundador, Don Samuel Balius, asignación que por esos primeros años era un desafío adquirido solo por grandes soñadores para un futuro mejor para la iglesia en Latinoamérica.Cuando hablemos de la ineludible tarea de la educación cristiana, que es la constante actualización y la renovación del docente en todo aspecto de su ministerio, tendremos que recordar la proactividad de nuestro querido promotor de los “Talleres de Adiestramiento y Renovación” (TAR), en especial, en el Cono Sur. Este edificante programa que bendijo a tantos maestros es la base de inspiración para el actual programa PROCEPA que desde 2008 tanto impacto ha logrado en toda nuestra región.
Gracias, Don Samuel, por su preocupación por la relevancia del ministerio de los maestros.Como miembro fundador en año 2000 de la Asociación Teológica para la América Latina (ATAL) le vimos en esta labor pionera, esmerándose por establecer los mecanismos y procedimientos en la búsqueda de la calidad y la excelencia educativa proponiendo la constitución de un organismo fraternal capaz de establecer altos estándares e inspirar iniciativas de autoevaluación y acreditación.
Hoy continuamos su búsqueda, gestionando los siguientes pasos a seguir, tema que, al enterarse don Samuel, siempre le produjo grandes satisfacciones en estos últimos años.Pero ahora volvemos a lo más destacado de su accionar cumpliendo el llamado y el propósito de Dios en su vida. Le entregaríamos el título de “Mentor de mentores”, por su estilo de compartir vivencias y ayudar a encaminar a los líderes de todo nivel. Al buen estilo Bernabé, mentor del apóstol Pablo, siempre le veríamos resaltando este y otro logro de manera positiva. Así, estamos seguros de que inspiró a más de uno al progreso en sus respectivos ministerios.
Para su esposa Monita, sería de gran satisfacción el haber visto crecer y escalar posiciones influyentes a esos “exalumnos” a través de los años. Su legado queda vigente en la vida de muchos líderes de la obra. Su hija Debbie y esposo Miguel Caldwell, a cargo de las tareas de registros y revisión de módulos dan continuidad a las iniciativas de la Facultad. También, su hija Rebeca, a cargo de la promoción del ministerio de “Mi Iglesia Saludable” se verá como la continuación de este ministerio de bendición.
Multitud de enriquecedoras anécdotas y un gran ejemplo de vida personal y ministerial nos impactan de este “padre” de la educación cristiana. Su afabilidad y vida espiritual pusieron ese equilibrio necesario entre el academicismo y el calor pastoral “de amigo”, necesario en nuestro medio. Gracias Señor, por este especial regalo dado a la iglesia.