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Conozca los libros: La vida de Cristo, Manual del maestro

Por publicado originalmente en CONOZCA edición 1976.Vol.2, No.3

Por Frank M. Boyd y  Don Mallough.

Debemos expresar a la Editorial Vida votos de agradecimiento por estos manuales que acaban de salir a la luz. De la literatura evangélica que apareció el año pasado, poca tenía que ver con estudios doctrinales. Aunque esta clase de estudio gusta menos y para muchos no es de tanta “bendición”, el método teológico es indispensable para lograr la estabilidad y madurez del creyente.

Cuando vi el título de estos manuales, creí que se trataba de una consideración de la vida terrenal de nuestro Señor. Pero después me di cuenta de que la materia es una presentación de la doctrina de Cristo.

Este estudio doctrinal, que comprende trece capítulos, se preparó para que se pudiera llevar a cabo en una clase de adultos o de jóvenes en la escuela dominical durante un trimestre. Ahora tenemos la ventaja de poder escoger entre este estudio o el ciclo normal de temas para cualquier trimestre. Puede ser que se vea la necesidad especial de estudiar doctrina y entonces se pide esta literatura para un trimestre, dejando de usar la acostumbrada durante ese periodo. Tal vez el motivo de escoger esta materia para un trimestre sería para variar el método de estudiar la Biblia y así lograr más motivación en la clase. Otra posibilidad sería dividir la clase de adultos en dos grupos. Uno estudia los manuales del ciclo normal de la escuela dominical, y el otro estudia esta materia de doctrina de Cristo. Cada persona podría escoger a que clase desea asistir por un trimestre.

Aun otra manera de utilizar estos manuales aparte de la escuela dominical, sería para el estudio bíblico acostumbrado una noche de entre semana. Sería factible, también, que algún departamento como los jóvenes, las damas o los caballeros los emplearán para una serie de estudios en sus reuniones acostumbradas.

Algunos de los temas tratados en esta serie son: la preexistencia de Cristo, su encarnación, su Deidad, su resurrección. Un tema que poco se analiza entre nosotros es la ascensión de Cristo. Esta materia llega a tener un valor especial al ver que tantas religiones y sistemas filosóficos de la actualidad niegan la Deidad de Cristo. Nuestros creyentes y ministros necesitan saber lo que la Biblia enseña en cuanto a la persona y el ministerio del Señor.

En el manual del maestro se ofrecen algunas ayudas valiosas para planificar la clase. La sección titulada “Exégesis” sirve para aclarar puntos y proveer una base más amplia. No cabe duda de que va a gustar mucho. Además, en algunos de los capítulos se ofrecen sugerencias al maestro para que haga la clase más amena y provechosa. Por ejemplo, la sugerencia en la página 59 para comenzar la clase (capítulo 7), sobre el amor y compasión de Cristo, es magnífica. Dice que el grupo podría citar algunos versículos que prueban el amor de Dios y luego otros versículos que hagan ver la relación de Cristo con el Padre. Así se llega a la conclusión de que Cristo tiene los mismos atributos de Dios.

El manual expone algunas ideas que son discutibles. Uno de esos casos es el pensamiento que tal vez Cristo haya tenido dificultad para ascender a su Padre debido a la resistencia de poderes satánicos de los aires. Dice el autor: “Indudablemente los principados y poderes satánicos, ‘huestes espirituales de maldad en las regiones celestes’ (Efesios 6:l2), se opusieron al paso de Cristo a través de este camino, cuando iba a presentar su trabajo finalizado al Padre. ¿Quién sabe si hubo ‘guerra en el cielo’ en ese momento?” (Páginas 97 y 98).

Pero el maestro sabio que desea estimular a sus alumnos a reflexionar no se inquietará demasiado al ver algunos de estos detalles que tal vez el personalmente no acepta del todo. Más bien, puede aprovechar estas ideas para que la clase las analice. Así van sondeando más las Escrituras. Un pequeño choque de ideas, si se mantiene dentro de los límites necesarios, aguijonea el interés de la clase. Llegando a despertar a algunos.

El capítulo 9 sobre la resurrección de Cristo es magnífico. Tiene material extenso y provee razonamientos y evidencias para dar una base firme sobre la cual aceptar la veracidad de la resurrección de Cristo. Este capítulo será de valor inestimable para la juventud que estudia en los centros de enseñanza superior.

El vocabulario usado en los manuales por lo general no es técnico ni demasiado difícil. Los bosquejos de las lecciones ayudan al estudiante a ver la estructura del pensamiento y facilitan la comprensión del tema doctrinal bajo consideración.

El manual del maestro podría servir de suplemento al libro de texto para la materia de Teología Sistemática II en un Instituto Bíblico en el momento en que se considera la Doctrina de Cristo. Para algunas de las divisiones de dicho tema este manual tiene más material que el libro Teología Bíblica y Sistemática de Pearlman.

En todo nivel y en todo departamento de la iglesia urge el estudio de la doctrina. Ahora tenemos disponible un recurso más para ayudarnos en desempeñar nuestra responsabilidad de enseñar la doctrina, Que sepamos apreciarlo y aprovecharlo. Y que otros estudios doctrinales vean la luz pronto.

El Nuevo Testamento Comentado

Por William Barclay

La capacidad extraordinaria del profesor William Barclay para expresarse en el lenguaje del hombre de la calle se ve en esta serie de comentarios sobre todos los libros del Nuevo Testamento. Es mucho el material de trasfondo que se pone al alcance del lector en este trabajo. A la vez, uno puede sentirse inspirado con las aplicaciones personales que el autor constantemente recalca.

Pero, ¿en qué corriente teológica navega Barclay? Clasificarla es tarea seria, ya que este comentarista tiene la habilidad de expresarse como conservador por una parte, y sin embargo por otra se adhiere a algunas ideas de un liberalismo angustioso. Su vocabulario y estilo evangélico han servido para ganar la confianza de muchos lectores conservadores, algunos de los cuales ni se han dado cuenta de sus tendencias liberales.

Barclay mismo insiste en que es sumamente conservador en algunas de sus interpretaciones, pero se niega a declararse abiertamente en cuanto a otras doctrinas que el evangélico conservador estima ser cruciales. En su libro, A Spiritual Autobiography (Una autobiografía espiritual), dice que cree en el universalismo, que no le cae bien la idea de un Dios que tuviera de seas de castigar eternamente. En su comentario de Apocalipsis 20:15 trata el lago de fuego “como lo ve Juan”, pero él nunca dice que personalmente cree que así es. En la autobiografía mencionada anteriormente, no acepta todos los milagros de Cristo como hechos verídicos, sino más bien como símbolos de lo que puede hacer el Señor en la vida del creyente.

Veamos algunos casos de su tratamiento de milagros. Comentando sobre la calma en medio de la tormenta que se narra en Mateo 8:23-27, dice: “Supongamos que Jesús verdaderamente hay a calmado una tempestad marina alrededor del año 28 de nuestra era.” San Mateo, Volumen l, página 333. Pero nunca declara que personalmente cree que de veras Cristo hubiera calmado una tempestad.

Otro ejemplo de darle muchas vueltas al problema de la interpretación de un milagro en el sentido recto se ven en sus explicaciones de la alimentación de los cinco mil. Mateo 14:13-21. Barclay ofrece tres diferentes interpretaciones de lo que verdaderamente sucedió en su comentario sobre Mateo, Volumen 2, páginas 111, 112. Pone como la tercera interpretación, y lógicamente lo que cree él, que mucha gente había llevado alimentos consigo, pero que no quería compartir con los demás. Al ver el ejemplo que le dio Jesús juntamente con sus discípulos, empezó a compartir lo que había llevado con quienes no tenían nada. “Si eso fue lo que sucedió”, concluye el comentarista, “no se trata de un milagro de multiplicación de panes y peces. Fue el milagro de la conversión de gente egoísta en gente generosa por la intervención de Cristo.” Termina diciendo:

“No importa como entendamos este milagro.” página 112. Pero para los que aceptamos los milagros como hechos verídicos, importa mucha como se entienden.

El lector queda perplejo, también, al ver cómo trata Barclay el nacimiento virginal de Jesucristo. Declara que “es una doctrina que nos enfrenta con muchas dificultades. Por el momento no nos interesa discutirla, sino descubrir que significa para nosotros.” página 26, Volumen l de su comentario sobre Mateo. Muy encomendable es poner énfasis sobre la necesidad de hacer una buena aplicación del pasaje a la vida del siglo XX, pero no a costa de eliminar la obra sobrenatural del hecho.

Tampoco acepta este profesor el milenio. Dice en su introducción al capítulo 20 de Apocalipsis que esa idea del milenio ha pasado de moda y que ahora la mayoría de los cristianos ya no la creen.

¿Qué actitud debemos tomar frente a las ideas de Barclay? Nadie podrá negar que contiene información histórica, cultural y lingüística de gran valor para el estudiante de las Sagradas Escrituras. Su exposición del trasfondo de algunos pasajes es verdaderamente valiosa. Su explicación, por ejemplo, en su comentario sobre Romanos 8:12-11, de la ley romana de la adopción de un hijo emociona al estudiante bíblico y le hace apreciar mucho más lo que hace Dios en la salvación de un pecador cuando lo adopta con el Espíritu Santo sirviendo de testigo.

Con lo buena que es la inspiración recibida de una lectura de los comentarios de Barclay, no podemos permitir que los ojos queden cerrados al hecho de que este autor tiene ideas liberales que introduce a veces con gran sutileza. Obviamente, tenemos que leer lo que dice con gran cuidado, con un esmero supremo para analizar cada declaración, cada insinuación, para retener lo bueno pero desechar lo malo.

 

Editor


 

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