Por Esteban Pari Mollo
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Un hijo obediente es un hijo feliz; Un hijo feliz es un hijo obediente. – Roy Lessin
El libro de Proverbios conocido como “dicho breve” o sentencia, expresa principios generales acerca del comportamiento humano, principalmente acerca los hijos. Se pueden destacar tres propósitos: El Ético, que consiste en impartir sabiduría a los jóvenes basado en el temor del Señor respecto a los principios de justicia, pureza y piedad en la vida diaria. El principio Didáctico, que implica el educar a los faltos de experiencia en conocimiento y conducta, y cómo aumentar la sabiduría de los sabios. Finalmente el Práctico, el cual enseña cómo comportarse en distintas circunstancias de la vida.
La “sabiduría” ocupa un lugar central en el libro de Proverbios. Se menciona ciento dos veces . Ningún otro libro en la Biblia le dedica tanto espacio a esta virtud. La sabiduría se entiende como “la capacidad de asimilar… con una cosmovisión teocéntrica, lo cual produce una madurez intelectual tanto moral y espiritual”.1 El autor de Proverbios declara: “Para entender sabiduría (heb. jakam = habilidad) y doctrina (heb. musar = disciplina)” (Proverbio 1:2). Estos dos elementos son inseparables. Porque “ninguna habilidad se perfecciona sin disciplina, y cuando una persona tiene habilidad es libre para crear algo hermoso”.2
La sabiduría es el temor a Dios” (Proverbio 1:7; 9:10; 15:33; 16:6; 22:4). No es el temor de miedo, sino el de confiar en el Señor (3:5), quien nos da seguridad y paz; y no en sí mismos (28:26). Y el temor de Jehová es el conocimiento de Dios (2:5; 9:10).
La sabiduría era usada por los judíos para la formación de las personas.3A partir de esta comprensión, se puede entender que “la sabiduría práctica descansa en el carácter religioso, que proviene de Dios”. 4 Útil para una vida recta en la cotidianidad. Entonces Proverbios, destaca la importancia de los padres en la formación de los hijos en el hogar. Así como Luifel Bendrom, afirma al respecto:
La primera escuela es la del hogar, y los primeros maestros son nuestros propios padres. De aquí [en adelante], la primera prueba de sabiduría es aceptar la doctrina del padre y no despreciar la dirección de la madre (Proverbio 1:8). Él [padre] con su sabio consejo, y ella [madre], con su amante solicitud, todo por nuestro bien actual y futuro, son los mejores escudos para preservarnos de la ignorancia y de la necesidad, que son los primeros peligros que acechan al niño en la difícil pendiente de la vida.5
Así pues, la primera responsabilidad de los padres hacia los hijos, según Proverbios es la formación de los hijos para la vida. Esta tarea no se sustituye con las niñeras o el jardín de niños. Porque la educación de los hijos en temprana edad y en el hogar se transforma en el fundamento para toda la vida. La educación escolar y universitaria es complementaria.
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La importancia de Proverbios en la formación de los hijos
Existen tres argumentos en Proverbios acerca de la formación de los hijos. El primero, se refiere con frecuencia al término hijo en los capítulos 1 al 8 en Proverbios (1:8-9, 15-16; 2:1, 5; 3:1-2, 21,23; 4:1, 10, 20,22; 5:1-2, 7, 9; 6:1,3, 20, 22; 7:1, 5, 24-26; 8:4, 32-34). Se aprecia con claridad las recomendaciones de un padre a un hijo. Previene de muchos peligros y elogia la obediencia. Es probable que Salomón se dirigió a su hijo Roboam.
El segundo, contiene temas como “los proverbios para la juventud” o “las exhortaciones de un padre”. Los temas que resaltan los capítulos 1 al 9 en Proverbios son los siguientes: La obediencia a los padres (1:8-9), cómo evitar malas compañías (1:10-19), los resultados de buscar la sabiduría (1:20-2:22), los beneficios de la obediencia a la sabiduría (3:1-26) y las virtudes de ser bondadosos para con otros (3:27-35). Además, cómo tener seguridad en la sabiduría (4:1-13), cómo evitar a los malvados (4:14-22), cómo guardar el corazón solamente para Dios (4:23-27) y la norma divina de no adulterar con el cuerpo, alma y espíritu (5:1-14). Por último, cómo ser leal a su cónyuge (5:15-23), cómo evadir ser fiador (6:1-5), cómo no llegar a ser perezosos (6:6-19), cómo evitar el adulterio (6:20-7:27), la supremacía de la sabiduría (8:1-9:12), y cómo impedir la necedad (9:13-18).
Asimismo, se añade la problemática de los hijos y un llamado a la obediencia hacia los padres. Tales como la naturaleza de la pandilla y la delincuencia juvenil (1:8-19), las actitudes de un hijo hacia Dios (3:1-12). También un llamado al sano juicio y a la cortesía (3:21-35), a evitar el camino de los malvados (4:10-19), a guardar el corazón y la vida (4:20-27), a la fidelidad matrimonial (5:1-27), a evitar el adulterio (6:20-35) y a resistir toda tentación a tener una aventura amorosa (7:1-27).
El tercero, considera el contenido global del libro de los Proverbios para explicar la importancia de la formación de los hijos. Se pueden resaltar las siguientes referencias: “El hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio es tristeza de su madre (10:1). “El hijo sabio recibe el consejo del padre, más el burlador no escucha las reprensiones” (13:1). “El hijo sabio alegra al padre, más el hombre necio menosprecia a su madre” (15:20). “El que roba a su padre y ahuyenta a su madre, es hijo que causa vergüenza y acarrea oprobio” (19:26). “Cesa, hijo mío, de oír las enseñanzas que hacen divagar de las razones de sabiduría” (19:27).
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Tres tipos de sabiduría en Proverbios para la formación de los hijos
Los tres tipos de sabiduría en Proverbios según Bendrom son: la natural, la moral y la religiosa.6 La sabiduría natural es necesaria en la formación de los hijos en las siguientes áreas de la vida:
- El trabajo (6:6-8; 8:1,4,14-19, 22, 23, 27-32, 35, 36; 6:12-14, 16-19).
- La diligencia (12:27; 22:29; 23:23; 27:23, 24).
- El entendimiento (16:22; 17:16; 17:24; 28:5, 6, 11; 4:7).
- La reflexión (14:10; 15:28; 18:13; 20:27).
- La moderación (23:4; 23:1-3; 14:13).
- La confianza propia (22:17,19; 28:26a, 27).
- La alegría (15:13, 15; 15:30; 17:22; 27:9; 15:23; 19:22; 21:15).
Además, previene de los problemas en que los hijos pueden tropezar, así como la pereza u ociosidad (19:15; 15:19; 20:4; 22:13) y las bebidas alcohólicas (20:1; 23:19-21; 23:29-33; 31:4, 5).
La sabiduría moral consiste en el desarrollo de los hijos en el “ser” y el “hacer”. Es decir, lo que uno es (implantación de valores morales en la identidad propia) y lo que uno hace (la expresión de los valores morales en la acción de una persona). Proverbios presenta preceptos positivos y negativos. La incorporación de preceptos positivos en los valores morales de los hijos, afecta en el ser. Estos son: La obediencia (3:1-6; 3:4,6), la fidelidad (25:13; 13:17; 8:7,8; 20:11), el uso prudente del lenguaje (10:14,19; 10:20,21,31,32; 11:9), el cultivo de la generosidad (11:24-26; 32:5,6,8), la equidad (3:27-30) y la amistad (18:24; 17:17; 27:10,17; 17:9). También los valores morales en el noviazgo y matrimonio (5:16-19; 31:30). En cambio, en el hacer influye la aplicación de la ley de Dios (28:4; 20:8,26), la recepción de consejos (13:1; 20:5,18; 11:14), la corrección y la disciplina (15:31,32; 17:10; 27:5,6; 13:24; 14:18; 22:15; 23:15; 23:13,14; 29:15).
Los preceptos negativos no se incorporan en la formación de los hijos, porque distorsionan los valores morales, tales como el amor a la riqueza (10:2,4), la adulación (19:4; 16:29,30; 29:5; 20:19; 27:21; 28:23), las mentiras (12:19), la soberbia (11:2; 13:10; 15:25; 16:18,19), la ira (16:32; 19:19; 29:11; 12:16; 14:29), los hábitos malos (17:13; 22:8; 22:16; 19:17; 22:9), y la venganza (24:29; 20:22; 24:17,18; 25:21,22). Además, la sabiduría moral previene de las deudas (22:7; 6:1-3; 22:26-27), el cohecho (17:8; 18:16; 29:4; 17:23), la sujeción (1:8), y fortalece la integridad (24:5; 22:11; 20:7; 24:6; 18:10).
La moralidad en Proverbios se centra solo en Dios (10:29); porque Él juzga la conducta del hombre (17:3b). Por eso, no es situacional, ni absoluta en sí mismo.7 Proverbios declara que Dios, es quien da la sabiduría (2:6-8) y el temor a Dios es la sabiduría (1:7). También, las declaraciones acerca de la sabiduría en Proverbios 8:23-31, comparada con Hebreos 1:2 y Colosenses 2:3, representa a la Palabra encarnada (Cristo encarnado). Vale decir, “Cristo se vio a sí mismo en este libro”.8 Esta Sabiduría da vida, “vida en abundancia” (Juan 10:10).
La sabiduría humana jamás podrá solucionar los problemas de la vida, sólo Dios conoce los caminos del hombre. Así es que la sabiduría divina es necesaria para vivir bien y para aplicar en la cotidianidad.
La sabiduría religiosa es importante en la formación del carácter de los hijos. Ayuda a crecer espiritualmente en la relación con Dios, consigo mismo y con otros. Es necesario desarrollar la humildad (15:33; 16:19; 22:4), la mansedumbre (16:24; 15:1), la sumisión (16:1,2,3,9; 23:26). También la conformidad (30:7-9), la modestia (17:27,28; 31:10; 19:14). Y sobre todo la esperanza (10:28; 11:23b; 11:7; 14:26) y el amor (10:12). Asimismo, ayuda a cultivar la benevolencia (10:12; 16:6) y la justicia (16:2; 21:3; 15:15; 16:31; 14:34).
Los Proverbios eran conocidos como el manual de la moralidad judía, ya que contiene abundantes valores morales. Es práctico antes que teórico, es personal antes que social. Dios regula la moralidad de toda la humanidad, respecto a la balanza falsa, porque Dios se agrada en lo cabal (11:1); los labios mentirosos, porque la verdad es su contentamiento (12:22); y el hombre torcido. Dios tiene comunión íntima con los justos (3:32); abomina al arrogante, porque Él no comparte su gloria con nadie (16:5); y abomina al que justifica al impío y condena al justo (17:15).
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Las tres competencias educativas de Proverbios en la formación de los hijos
¿Cómo hay que educar los hijos? Proverbios señala que, la sabiduría germina el valor moral de un modo didáctico. Tanto el padre como la madre, son quienes comparten la educación de los hijos, y ambos hablan en una sola voz (1:8,9; 6:20; 5:19; 2:17; 16:28; 17:9; 18:22; 19:24; 12:4; 14:1; 31:10; 31:11,23).
El libro de los Proverbios, de acuerdo a sus tres propósitos principales, ofrece tres competencias educativas, funciones y resultados en la formación de los hijos. Primero, promueve (competencia) el deber de instruir y guiarles a los jóvenes (funciones) a una vida feliz y próspera (resultado). Segundo, orienta (competencia) a adquirir la sabiduría y el saber cómo un medio para evitar los escollos de la insensatez (funciones); los llevará a la salud y prosperidad (resultado). Tercero, enseña (competencia) cómo vivir con todas las virtudes (funciones) que acercan a Dios (resultado); mientras que los vicios provienen de los libertinajes, la ociosidad, el egoísmo, la ira e injusticia que apartan de Dios y atraen el juicio divino y la muerte (resultado).
Las competencias educativas tienen que ver con el qué hacer. Las funciones con el cómo hacer, y tendrán como resultado una conducta correcta. Ver el siguiente cuadro:
Competencias educativas |
Funciones |
Resultados |
Promueve | …el deber de instruir y guiar a los jóvenes, | …a una vida recta y de obediencia |
Orienta | …a adquirir la sabiduría como un medio para evitar los tropiezos de la insensatez; | …los llevará a la salud espiritual y emocional. |
Enseña | …cómo vivir con todas las virtudes, | …que acercan a Dios. |
Mientras que los vicios que provienen de los libertinajes, la ociosidad, el egoísmo, la ira y la injusticia; | …que apartan de Dios y atraen el juicio divino y la muerte. |
Fuente: Elaboración propia, 2007.
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La sabiduría de Proverbios en la formación de los hijos
Los padres son los responsables de impartir sabiduría a los hijos (Proverbios 2:1), es decir, guiarlos a Cristo. Los hijos necesitan conocer a Jesucristo como salvador personal. Algunos rechazarán, pero Dios se reirá de ellos (1:28). Al final la elección es de los hijos. El mensaje del capítulo 2 de Proverbios advierte que la Sabiduría guarda nuestras veredas (2.8). El capítulo 3, que la Sabiduría dirige nuestros caminos (3.5–6). El capítulo 4, que la Sabiduría perfecciona nuestras sendas (4.18).
El fundamento de la “sabiduría” se personifica en Cristo. Primero, porque la sabiduría protege nuestro camino a través de los mandamientos de Dios (Proverbios 2:1-9) y el cuidado de Dios (2:10-22). Segundo, porque la sabiduría dirige nuestro camino; por escuchar a la Palabra (3:1-4), por obedecer la Palabra (3:5-10), por someterse a la palabra (3:11-12), y por atesorar la Palabra (3:13-26). Y tercero, porque la sabiduría perfecciona nuestras sendas; por buscar la sabiduría (4:1-13), por evitar la tentación y el pecado (4:14-19), y por guardar el corazón puro (4:20-27).
El enemigo de la sabiduría es la insensatez. Se menciona en el capítulo 5 de Proverbios. Una mujer que invita a pecar, la ilustra. Así es como Satanás invita a los hijos a descarrilarse, pero Dios advierte que no acerquen a su puerta. El pecado siempre es costoso. Los insensatos pierden reputación (Proverbios 5:9), posesiones (5:10), salud (5:11) y hasta la vida (5:22–23). Las cuerdas del pecado atan lentamente hasta que el hijo descubre, que está atrapado y le resulta imposible escapar.
La Sabiduría invita a tres clases de personas: A los simples, a los burladores y a los insensatos (Proverbios 1.22). También es para todas las personas. Pero no todos responden al llamado. El rechazo a la sabiduría trae las siguientes consecuencias:
El burlador rechazó a la Sabiduría y encontró destrucción (Proverbios 1.24–27); atendió a la Insensatez y recibió destrucción (6.32).
El necio rechazó a la Sabiduría y fue llevado a la muerte (8.36); atendió a la Insensatez y recibió muerte (5.22–23).
El simple rechazó a la Sabiduría y fue al infierno (9.18), atendió a la Insensatez y acabó en el infierno (7.27).9
Pues, rechazar la Sabiduría es aceptar la Insensatez. Y no hay terreno neutral. Jesús dijo: “El que no está conmigo, contra mí es”. “Nadie puede servir a dos señores”, No se puede vivir sin tener algún señor. Seguimos a la Sabiduría o a la Insensatez, a Cristo o a el pecado.
Los padres tienen la responsabilidad de inculcar valores sobre el matrimonio (Proverbios 5:9-23, 19, 20). Consiste en conservar el “honor” (5:9; 6:33) y la “salud sexual” (5:9,11; 6:26). La función de los padres es cuidar del pecado sexual en el alma y el cuerpo de los hijos. El pecado sexual se obtiene por la información de los amigos, la internet y por conocer a mujeres extrañas (5:1-14). Para mantener la pureza sexual, es necesario la educación en el hogar acerca la sexualidad.
Los padres tienen el deber moral de corregir las malas actitudes de sus hijos en Proverbios, según las diferentes situaciones, es decir, cuando son tercos (Proverbios 13:1), libertinos (29:3), rebeldes (15:20), flojos (10:5), burladores (30:17), malditos (30:11; 20:20; 2:2; 1:10; 10:1).
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Aplicación de los Proverbios en la formación de los hijos
El libro de Proverbios trata de comprender la vida humana natural y terrenal por el pensamiento de los sabios de Israel. Centra su atención en el temor al Señor, respeto y reverencia a Dios, mientras se viva en este mundo.
Todas las promesas que expresa Proverbios se centran en las promesas eternas del Señor Jesucristo. La sabiduría humana es limitada. En cambio, la sabiduría divina, es lo único perfecto. El Señor Jesucristo es el sabio infalible (Mateo 12:42) y mayor que Salomón, el sabio falible (1 Reyes 11:1-11). En Él están escondidos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento (Colosenses 2:3; 1 Corintios 1:30). La comparación de ambas sabidurías, se puede ver en la siguiente figura:
Fuente: Elaboración propia, 2007.
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Los padres tienen la responsabilidad de cultivar los principios bíblicos. En Proverbios se resumen cuatro áreas de la vida, según Gooding y Lennox. Primero, el uso de valores morales: En la toma de decisiones correctas (Proverbios 3:5,6), en el comportamiento sexual tanto de solteros (5:1-14) como de casados (5:15-17). Y en los asuntos económicos (6:3-11).
Segundo, el desarrollo de virtudes personales: El trabajo industrioso (10:4,5), el uso correcto de la lengua (6:17; 18:6-8,21; 29:20; 26:20; 15:1; 16:32), el control del orgullo y la jactancia (16:18).
Tercero, los valores del matrimonio y las relaciones familiares: La importancia de la fidelidad conyugal (7:1-27; 9:17-18), la importancia de la disciplina (4:1-4; 15:5) y la importancia de elegir una esposa (31:10-31).
Cuarto, la advertencia contra las prácticas destructivas de los valores morales: La pereza (6:6), la delincuencia juvenil (1:10-19), la borrachera y drogadicción (20:1; 23:21-35), la fornicación, adulterio y la promiscuidad (7:1-27).10
En consecuencia, los principios de Proverbios en la formación de los hijos, proporcionan normas bíblicas para el cuerpo, la mente, el espíritu y las relaciones sociales.11 Por eso los padres enseñarán a los hijos a cuidar el cuerpo, porque es templo de Dios. Cuidar la mente, porque de ahí surgen los pensamientos. Cuidar el espíritu, porque el espíritu humano mantiene viva la relación con Dios. Y cuidar de las relaciones sociales porque el amor de Dios, se refleja en el amor al prójimo.
1 James E. Giles, Bases bíblicas de la ética (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 1994), 114.
5 Luifel Bendrom, Proverbios antiguos para tiempos modernos (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 1970), 7.
9 W. Wiersbe Warren, Bosquejo expositivos de la Biblia, traducido por Miguel A. Mesías (Nashville, TN: Editorial Caribe, 1995), CD-ROM.
10 Giles, Bases bíblicas de la ética, 114-116; David Gooding y John Lennox, Fundamentos para una ética bíblica, traducido por Roger Marshall (Barcelona, España: Editorial CLIE, 2001).
11 John y Sara Miles, Ética bíblica, serie Vida Cristiana (Springfield, MI: Global University, 2001), 95.
EXCELENTE ESTUDIO, NECESARIIO HOY EN DIA SOBRE LA INSTRUCCION PARA LSOS HIJOS QUE DIOS LOS BENDIGA