Por Alba Lys Llanes Labrada Un huevo, una botella, una caja de fósforos. El joven maestro – alto, delgado, de tez blanca, rubio y de ojos azules – colocó el huevo sobre la boca de la botella. Procedió luego a encender un fósforo y lo puso debajo de la misma. Muy pronto, el calor