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Administración: Estírese más

Por publicado originalmente en CONOZCA edición 1981.3

Por Byron L. Niles

 

Domingo F. Sarmiento, ensayista, político y educador argentino, nació en una familia humilde de la ciudad provincial de San Juan. Desde pequeño, por necesidad, trabajó como hombre. Su padre se hallaba demasiado pobre para sufragar el costo de la escuela. Pero, por su viva aspiración de superarse y de contribuir al desarrollo de su patria, no deja de luchar para prepararse cada vez más y mejor.

Entre las carreras que ejerció, prestó servicio como maestro, fundó una universidad, se desempeñó como periodista, diplomático y militar, y alcanzó la presidencia de Argentina en 1868, cargo en el cual sirvió en beneficio de la nación hasta 1874.

La América Latina necesita más que nunca a personas que sueñen como Sarmiento; hombres y mujeres que aspiren y busquen servir más allá de lo común y corriente. Faltan hombres y mujeres abnegados y persistentes, dedicados a una continua preparación personal, para poder rendir más. Esto es cierto en la política, en la industria y en la educación; no es “menos cierto en cuanto al suministro del alimento espiritual.

Ya son muchos los países de América Latina donde por lo menos un 15% de los jóvenes entre 20 y 24 años estudian en la universidad, según el Almanaque Mundial. Un promedio del 75% de los adultos son alfabetos. En algunos países el alfabetismo pasa del 90%. Así es que los que asisten a la Escuela Dominical hoy día están más preparados que antes. Los que escuchan nuestros mensajes y nuestras enseñanzas de la Palabra esperan oír todo presentado en una expresión más artística. Los que sienten el llamado de Dios a prepararse en el Instituto Bíblico, cada vez llegan mejor preparados.

Las implicaciones son claras para los que enseñamos. Para enfrentarnos a las demandas cada vez más crecientes, tenemos que seguir creciendo nosotros también. Como dijo Pablo al final de su singular carrera: “No que lo haya alcanzado ya, sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.” ¿Fuimos llamados por Cristo para enseñar a otros su Palabra? Sigamos estudiando. Si somos maestros de Institutos Bíblicos es imprescindible que sigamos preparándonos. Aspiremos servir mejor al Maestro y a una obra en desarrollo que siempre demanda más.

¿Cómo podemos seguir estudiando siendo que tenemos familia y estamos cargados de responsabilidades? Primero tenemos que darnos cuenta que no nos queda otra alternativa. De un cántaro no sale más de lo que entra. Aprovechemos oportunidades que todos tenemos para estudiar: conferencias especiales, talleres, retiros, seminarios. Leamos asiduamente. Sirvámonos de las bibliotecas: las públicas y la del Instituto Bíblico más cercano. Invirtamos nuestros escasos recursos económicos para ensanchar nuestra biblioteca personal. Los conocimientos y las ideas de otros unidos a la inspiración del Espíritu Santo se prestarán para esturarnos y agrandarnos. Hoy día el mundo secular se prepara mejor. No nos quedemos atrás los que servimos a la mejor causa de todas.

Byron L. Niles


 

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