Por Jaime Mazurek B, Editor-CONOZCA
El día 23 de marzo, 2017, entró a la presencia de nuestro Señor Jesucristo, nuestro gran amigo, líder, maestro y mentor, Floyd C. Woodworth.
El hermano Floyd nació en el estado de Colorado, en los Estados Unidos. Su padre fue pastor y también superintendente distrital de las Asambleas de Dios. Hizo su preparación académica para el ministerio en institutos bíblicos en Missouri y Oklahoma, y luego se lanzó a la vida misionera como estudiante de la lengua española en México. Sus años de estudio ahí le sirvieron muy bien, pues vino a ser un verdadero experto en la expresión refinada de la lengua de Cervantes.
Eventualmente viajó con su esposa Millie a Cuba, donde se desempeñó como pastor y director del Instituto Bíblico durante diez años. Con la llegada de la revolución cubana, las condiciones de ministerio fueron muy impactadas. La hermana Millie logró abandonar la isla con sus dos pequeñas hijas, pero Floyd fue arrestado, acusado de ser un agente del gobierno norteamericano. Milagrosamente, después de varias semanas de encarcelamiento, fue puesto en libertad el 5 de abril del 1963, junto con un grupo de norteamericanos deportistas del buceo que habían llegado a Cuba como náufragos luego del hundimiento de su bote en el Caribe.
Floyd Woodworth al arribar en EUA, luego de ser liberado de la cárcel en Cuba. Foto por cortesía de Flower Pentecostal Heritage Center.
Felizmente reunidos, en 1964 la familia Woodworth partió para Colombia, donde Floyd se dedicó a la formación de hombres y mujeres para la obra del ministerio. Fue el segundo superintendente nacional de las Asambleas de Dios de Colombia y primer director del Seminario Bíblico en Bogotá.
Como miembro de Comité de Educación Cristiana, participó en la fundación del Instituto de Superación Ministerial, donde ejerció una docencia amena y continua hasta su jubilación. Además, fue el autor de varios libros, incluyendo, Hacia la meta, La escalera de la predicación, y Hacia el arte de escribir.
En 1980 fue nombrado Editor de la revista CONOZCA, cargo que ocupó con gran distinción por veinte años. Al asumir esa responsabilidad, escribió:
Gracias a Dios por los tres redactores que esta revista ha tenido… Con una ferviente plegaria elevada hacia El Eterno para que los siga ayudando, coloco esta corona humilde. Si bien no exhala un exquisito perfume de rosas, de todas maneras se ofrece con profundo agradecimiento. Que Dios bendiga a estos abnegados patrocinadores de CONOZCA.
¿Y ahora? Pues, ahora le tocado el manto a un inútil escribano quien no podrá igualar a éstos. Pero tiene la intención de esforzarse de todas maneras, con el fin de que CONOZCA siga su ministerio y no olvida que hay que hacer arder la llama de la enseñanza de la Biblia.
En estas palabras se aprecia la gran virtud que el hermano Floyd manifestó fielmente en todos sus quehaceres – su humildad. A pesar de su extraordinario inteligencia y talento, siempre se refería a si mismo como “el gusano”. No era una humildad fingida, sino auténtica, única y ejemplar.
Sus últimos años de vida en este mundo fueron tristemente marcados por el Alzhéimer, y poco a poco se fueron oscureciendo esas luces tan amadas por quienes tuvimos el privilegio de colaborar con él.
De parte de todos los lectores y colaboradores de revista CONOZCA, enviamos nuestras oraciones y condolencias a la familia Woodworth.
Que la vida y obra de nuestro hermano sea un guía y una inspiración para todos nosotros, y para los que nos seguirán, hasta la venida del Señor.
God bless you brothers
Blessing forma you