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Conozca los exámenes, las evaluaciones y las calificaciones

Por publicado originalmente en CONOZCA edición 1977.2

Con este artículo, comenzamos una serie sobre exámenes, y los sistemas de evaluaciones y calificaciones. Invitamos a los lectores a enviarnos artículos sobre dicho tema.

Los exámenes, las evaluaciones y las calificaciones juegan un papel muy importante en la vida y en la educación cristiana particularmente. Cada día pasamos por pruebas. Otras personas nos evalúan y nos califican por el trabajo que hacemos o por la vida que llevamos.

Los programas educacionales están diseñados para cambiar el comportamiento o la conducta de acuerdo a un sistema particular de mérito. Se espera que cada alumno alcance ciertos objetivos en su estudio. Por lo tanto, cuando el profesor formula su Plan de Curso, tiene en mente resultados definidos y deseados.

Los instrumentos para medir hasta qué punto se han cumplido los objetivos son determinados por los objetivos mismos haciendo así necesario que estos estén bien formulados.

Nada revela mejor el propósito de un curso que los exámenes dados. Nada es más eficaz para enseñar al alumno lo que se espera de él que el método usado para medir su comprensión. El examen es una manera de evaluar lo aprendido. Es un proceso sistemático empleado para comparar la ejecución o rendimiento de un individuo con una norma designada de ejecución. Mide la habilidad, el conocimiento, la inteligencia, las capacidades o las aptitudes de un individuo o grupo. A la vez, el examen calcula el grado de competencia y eficiencia del maestro.

Los exámenes pueden ser un motivo de desconcierto y pena para el alumno si no están bien formulados y aplicados inteligentemente. El profesor tiene que determinar lo que va a medir y como va a medirlo para que el examen sea bien formulado.

La preparación de un examen requiere la adopción de varias decisiones. No tiene que ser un proceso minuciosamente detallado ni tampoco excesivamente difícil. Sin embargo, la atención que les damos a estas decisiones seguramente se reflejará en la calidad del examen. A continuación se ofrecen algunos puntos sobre los cuales hay que adoptar decisiones:

1. Decida la fecha del examen. Frecuentemente, se determina eso por las normas de la institución en la cual enseña. Quizás sea necesario que los alumnos realicen dos exámenes por ciclo de estudio. Tal vez sea provechoso examinar a los alumnos al terminar cada unidad de estudio de un curso. Los exámenes frecuentes tienen la ventaja de proveer una base más confiable de evaluación y a la vez mantener al profesor tanto como a los alumnos informados al día del progreso estudiantil. Sin embargo, los exámenes frecuentes pueden robar demasiado tiempo de las horas que deben ser dedicadas a la instrucción.

Otro punto negativo es que los exámenes frecuentes pueden hacer que el alumno piense solamente que tiene que prepararse para los exámenes y no absorba las instrucciones provechosamente. Sin embargo, la debilidad mayor no reside en los exámenes frecuentes sino en los exámenes mal estructurados.

2. Decida el tipo de examen. Los tipos más comunes de exámenes son los de ensayo o subjetivos, y los objetivos. A veces, el maestro puede incluir las preguntas subjetivas tanto como las objetivas en un examen, pero el factor tiempo debe ser considerado antes de hacer esta combinación. Por supuesto, el examen tipo ensayo no puede probar tan extensamente como el examen de preguntas objetivas. Los tipos de preguntas objetivas más comunes son: selección múltiple, preguntas de complementación, emparejamiento, y verdadero-falso. Vamos a considerar los distintos tipos en otra sección de este estudio.

3. Decida cuántas preguntas va a incluir en el examen. Se determina la cantidad de preguntas mayormente por el tiempo disponible para el examen. Quizás sea mejor no dar un número tan elevado de preguntas que la mayoría de la clase no va a poder contestarlas. Es mejor que todos los alumnos puedan, por lo menos, procurar contestar todas las preguntas. El examen no se da para probar la velocidad de trabajo del alumno, sino para examinar la medida de comprensión, conocimiento, habilidades y aplicación.

4. Decida el énfasis que va a dar a cada sección de estudio en el examen. Es decir, decida si va a requerir la comprensión, análisis, síntesis, y/o reconocimiento.

Generalmente, el examen debe incluir preguntas que requieren:

a. Comprensión de vocablos

b. Comprensión de hechos y principios
c. Habilidad de explicar y/o ilustrar
d. Habilidad de predecir o razonar

e. Habilidad de recomendar una acción apropiada

f. Habilidad de hacer un juicio de evaluación

5. Haga una lista de temas para las preguntas que provea un ejemplo del conocimiento o las habilidades consideradas apropiadas para incluir en el examen. El énfasis en las cosas que no fueron enseñadas o asignadas es muy difícil de justificar en el examen.

6. Decida el formato que va a dar al examen. El arreglo del examen tiene mucho que ver con la facilidad de rendirlo. Por ejemplo, ¿cuál es mejor en una pregunta de selección múltiple?

Ejemplo 1: ¿Qué significa la tolerancia religiosa?

a. Demandar que todo el mundo pertenezca a una iglesia.
b. Creer todo lo que enseña la Biblia.

c. Creer en la ciencia en lugar de la Biblia.

d. Permitir que todo el mundo crea lo que quiere.

Ejemplo 2: ¿Qué significa la tolerancia religiosa? (a) Demandar que todo el mundo pertenezca a una iglesia. (b) Creer todo lo que enseña la Biblia. (c) Creer en la ciencia en lugar de la Biblia. (d) Permitir que todo el mundo crea lo que quiere.

Sin duda que la respuesta es: El mejor es el ejemplo 1.

A veces, los exámenes orales son significativos. El examen con el libro abierto también es otro formato de examen y tiene su valor en ciertos casos. Hay exámenes que pueden hacerse en la casa que son buenos para una experiencia de aprendizaje. Lo importante es estructurar el examen en tal forma que mida hasta qué punto se ha cumplido con los objetivos de los estudios. Cada formato, sea examen oral, examen con el libro abierto, examen que se lleva a casa, o examen escrito, tiene sus debilidades tanto como sus puntos fuertes.

En el próximo número de CONOZCA; vamos a dar un vistazo a los distintos tipos de preguntas de examen. También, se presentará una ponencia sobre “El examen con el libro abierto” escrita por un ISUMISTA.

BUEN MAESTRO…

1. Conoce a sus alumnos. 2. Conoce su materia. 3. Sabe cómo aprenden mejor los alumnos. 4. Sabe emplear métodos variados en la enseñanza. 5. Mantiene una relación sincera para con sus alumnos.

 

Samuel H. Balius


 

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