Por Silverio Manuel Bello Valenzuela
La violencia intrafamiliar ha alcanzados niveles asombrosos en nuestra sociedad post moderna. Varias instituciones internacionales le han dado el calificativo de “pandemia social”; y sí, que lo está siendo, porque a nivel mundial está causando estragos indecibles en los últimos tiempos. La iglesia cristiana no puede permanecer indiferente ante los problemas de la violencia familiar, la búsqueda de alternativas adecuadas para frenar este mal social, debe ser parte de su quehacer como cuerpo de Cristo.
¿En qué consiste la violencia intrafamiliar?
Dos definiciones que nos facilitan conocer qué es y cómo se da este terrible mal social son las siguientes:
“La violencia intrafamiliar recibe varios nombres: Violencia de género (en el caso del maltrato a la mujer o al hombre), violencia familiar, maltrato familiar, entre otros. Este mal social ha aumentado tanto a nivel mundial, que casi en todas las naciones organizadas del globo terráqueo sus legisladores han tenido que crear leyes que condenen rigurosamente su práctica”1
El Artículo 2 de la Ley de Protección Frente a la Violencia Familiar del Perú, define la violencia intrafamiliar como:
“Cualquier acción u omisión que cause daño físico o psicológico, maltrato sin lesión, inclusive la amenaza o coacción graves y/o reiteradas, así como la violencia sexual, que se produzcan entre cónyuges, ex cónyuges, convivientes, ex convivientes, ascendientes, descendientes, parientes colaterales hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad, quienes habitan en el mismo hogar, siempre que no medien relaciones contractuales laborales y quienes hayan procreado hijos en común, independientemente que convivan o no, al momento de producirse la violencia.” 2.
La violencia intrafamiliar hace que los miembros de dicha familia reciban el calificativo de, familia disfuncional.
Tres males originarios de la violencia intrafamiliar:
El primero: En las relaciones interpersonales de este tipo de familia, predominan la incomprensión, la discordia, la difamación, las discusiones acaloradas, el irrespeto, la incompatibilidad, la falta de comunicación y el maltrato verbal, psicológico y físico, entre otras cosas.
El segundo: La violencia intrafamiliar es la originaria directa de los innumerables divorcios que, a diario, se producen en nuestros países.
El tercero: La violencia intrafamiliar es la causante principal de la mayoría de los feminicidios, “masculinicidios”, patricidios, filicidios, fratricidios y homicidios que enlutan por doquier, a tantos hogares en nuestra sociedad.
Este mal ha estado afectando hasta a muchas familias cristiana, y lo peor es que hasta algunos núcleos de familias ministeriales también han sido afectados por este terrible flagelo social.
Los niveles de violencia contra la mujer en América latina y el Caribe.
En cuanto a la violencia contra la mujer en América Latina, la Revista Fal.com, nos ofrece los siguientes datos:
“La violencia contra las mujeres es una pandemia mundial, y América Latina y el Caribe es la región más violenta para ellas. Esto, en gran medida, se atribuye a que la cultura patriarcal tan arraigada rige prácticamente todas las costumbres y prácticas de la vida diaria, las cuales han relegado y limitado los derechos y libertades de las mujeres. Esta cultura naturaliza la violencia contra la mujer, produce estereotipos, perpetua y reproduce la discriminación.
En Latinoamérica, son las que más sufren los efectos de los bajos niveles de ingreso y la desigualdad. A nivel mundial, la violencia de género ha sido reconocida como una violación a los derechos humanos, además de que tiene importantes implicaciones para la seguridad, la construcción de la cohesión social y el sano desarrollo personal de las mujeres y las niñas de una sociedad. Aunado a dichos costos sociales, también conlleva altos costos en la salud pública, la economía y la justicia que, de no ser atendida y erradicada, acarrea consecuencias duraderas, como la caída en la productividad y el crecimiento económico de los países” 3
Tipos de violencia intrafamiliar.
Los psicólogos y los especialistas en terapia familiar han clasificado la violencia intrafamiliar en varios niveles. La Doctora Ximena Santa Cruz Bolívar, Psicóloga y profesora de la Universidad de Chile, quien, además, es miembro del Instituto de laMujer, Santiago, Chile, clasifica la violencia intrafamiliar en cinco tipos, y nos da al mismo tiempo una breve definición de cada parte. de violencia intrafamiliar, observemos:
La violencia intrafamiliar se clasifica en: violencia física, violencia verbal, violencia psicológica, violencia sexual y violencia económica” 4.
Xiomara Santa Cruz, en su escrito identifica como se distribuya la violencia familiar en sus miembros según la edad y sexo. Observemos:
(a) Maltrato infantil:
(b) Maltrato hacia la mujer: Formas activas: Abuso físico, abuso emocional, abuso sexual, abuso económico. Formas pasivas: Silencio, falta de comunicación, trato indiferente. Otras formas de abuso: abuso económico.
(c) Violencia cruzada: Formas activas: abuso físico, abuso emocional, abuso sexual.
(d) Maltrato al hombre: Abuso físico, emocional, abuso sexual y económico.
(e) Maltrato al anciano: Formas activas: maltrato físico, maltrato emocional, abusofinanciero. Formas pasivas: abandono físico, abandono emocional”. 5
La Violencia intrafamiliar en la Biblia.
La violencia intrafamiliar aparentemente es tan vieja como la humanidad. Increíblemente, tuvo su origen en el huerto del Edén. La conducta violenta dentro de los seres humanos viene como resultado del pecado, y de la desobediencia del hombre y de la mujer delante de su Creador, desde el principio de la creación.
Sorprende saber que la violencia intrafamiliar inició en el mismo núcleo de la primera familia que Dios creó en el Huerto del Edén. Génesis 4:8 nos dice de Caín, el primer hijo de Adán y Eva después de ser expulsados del Edén, mató a su hermano Abel. La envidia y el celo religioso llevaron a Caín a dejar que a su corazón fuera invadido por el enojo, el celo y el rencor, a tal extremo que con mentira y engaño invitó a su hermano Abel a salir al campo con él, y allí ejerció la violencia contra hermano menor, haciendo uso de su fuerza bruta. Fue así que Caín mató salvajemente a su propio hermano. A este tipo de violencia se lo llama fratricidio.
Fue profetizada por Cristo.
Desde el punto de vista de la escatología bíblica, este mal social forma parte de las señales de la pronta venida de Cristo por su iglesia, y del fin del siglo. Cuando nuestro Señor Jesucristo profetizó sobre las señales del fin antes de la segunda fase de su venida, para levantar a su iglesia, Él se refirió directamente a la violencia intrafamiliar que azotaría al mundo, como una de las señales de su pronta venida a la tierra. En Marcos 13:12, Cristo profetizó este mal social, cuando dijo:
“Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán.”
Fue profetizada también, por el apóstol Pablo.
El apóstol Pablo profetizó sobre este fenómeno social que estaría afectando internamente los núcleos familiares en todos los niveles como parte de la descomposición inmoral y de los antivalores éticos, morales, sociales y espirituales que caracterizaría estos “días malos y peligrosos”. El apóstol le escribió al joven Timoteo como sigue:
“También debes saber esto: Que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres… soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres…” (2Tim. 3:2).
La violencia intrafamiliar no solamente se da de hijos hacia padres o viceversa, sino donde existe envuelve a casi los todos miembros que componen el círculo familiar.
De modo que la frase “pandemia social”, acuñada a la violencia intrafamiliar, está muy bien apuntalada, porque en verdad, es un problema mundial. Este horripilante mal social, que hoy más que nunca, trastorna la paz y la tranquilidad de los humanos en todo el globo terráqueo, viene como resultado del pecado y de la desobediencia del hombre a Dios como su creador divino.
En muchos núcleos de familias de nuestros días se encuentran innumerables hijos e hijas que, aunque no toman tal vez, un objeto físico para golpear a sus padres, sin embargo, son crueles, rebeldes y violentos con ellos. Existen innumerables hijos e hijas, que desobedecen, maltratan, insultan, humillan, ultrajan y lo peor aún, abandonan a sus progenitores. A diario escuchamos noticias alarmantes por doquier, de hijos que matan a sus padres por cualquier cosa; pero también, a cada instante oímos noticias de malos padres y de malas madres, que, sin piedad, matan a sus hijos. La violencia intrafamiliar está a la luz del día, todo, como producto del pecado y de la furia del Diablo contra “ese núcleo más pequeño de la sociedad”, que se llama la familia.
Los mejores antídotos para combatir la violencia intrafamiliar:
Las parejas de novios, sean creyentes o no, antes de entrar en la unión matrimonial, deben procurar recibir consejería prematrimonial con algún con algún terapeuta familiar o psicólogo, o pastor o pastora. Pero, además, en el devenir del tiempo, si alguna desavenencia o conflicto surgiera, que pudiera poner en peligro la unidad y la armonía de la pareja casada y de los hijos, si ya los hubieran, se debe buscar ayuda profesional o ayuda pastoral antes que sea tarde. Los problemas y conflictos intrafamiliares, se agudiza más, cuando la pareja, que sabe que tiene sus problemas, se niega a buscar ayuda.
Recursos espirituales que puede evitar los conflictos en los núcleos familiares.
En los capítulos cinco y seis del libro de Efesios, Pablo da unos mandatos y consejos a cada uno de los miembros que integraban el núcleo familiar de aquella iglesia. Si cada miembro que formaba parte de ese núcleo familiar obedecía esos consejos al pie de la letra, iban a lograr establecer relaciones asertivas en sus tratos interpersonales de familia. Importante es saber, que esos mandatos, no eran solamente, para la feligresía que integraban la iglesia de Éfeso; eran, y son, para los núcleos familiares de creyentes de toda época, de toda cultura y de toda casta social. Estos consejos paulinos representan la mejor fórmula y los mejores antídotos para la solución de los problemas y conflictos que a diario surgen en los diferentes grupos familiares. Veamos esos consejos y mandatos de Pablo según el orden jerárquico de cada miembro de núcleo familiar:
A LOS ESPOSOS: Efesios 5:25:
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, …”. (b) 5:28: “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama”. (c) 5:28:5:33: “Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido”.
A LAS ESPOSAS: Efesios 5:22-24:
“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo”.
A LOS PADRES: Efesios 6:4:
“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”.
A LOS HIJOS: Efesios 6:1:
“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa” …; (RV60).
Estos consejos paulinos para cada uno de los representantes de los grupos que integran el núcleo familiar, son tan claros, que no necesitan explicación, sólo aplicación.
La devoción familiar como elemento unificador de la compatibilidad de la familia.
La devoción familiar es un recurso espiritual de excelencia, es un recurso espiritual con capacidad para destruir cualquier conflicto, desavenencia o disfunción en seno de una familia cristiana. En las Sagradas Escrituras encontramos que la vida de devoción familiar,siemprefue, es, y será, la mejor herramienta para trabajar cualquier diferencia en las relaciones interpersonales de familia. Fortalece y asegura mayormente, la estabilidad y el crecimiento de la vida espiritual de los niños.
Tenemos un buen ejemplo en la formación espiritual hogareña que recibió Timoteo de parte de su madre Eunice y su abuela Loida. Estas mujeres dedicaron tiempo de calidad para darle la formación cristiana necesitaba que necesitaba tener desde su temprana edadd. Por eso él se formó y creció con un fundamento bíblico y espiritual sólido. La formación cristiana que Timoteo recibió en su tempana edad sentó la base sólida y firm que lo ayudó a no dejarse influenciar por los antivalores del medio ambiente que lo rodeaba en el entorno social de sus días. Estando Pablo preso en la cárcel de Roma, le escribio lo siguiente:
“…deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también”. (2Tim. 1:4)
En medio de la descomposición moral y social que nos rodea, las cabezas de familias cristianas no debemos descuidarnos en formar un hábito de devoción familiar de alta calidad en nuestros hogares. Es la mejor cobertura de protección, tanto moral, como social y espiritual para que tanto los matrimonios y los demás miembros de la familia puedan accesar a los recursos espirituales que les ayudan a protegerse con los dardos de fuego que el maligno arroja hoy más que nunca establecida según el orden divino.
Nuevamente, como fundamento bíblico ejemplar, traemos a colación la incidencia que tuvo en la formación de la vida de Timoteo la instrucción bíblica familiar. En 2 Timoteo 3:14-17, Pablo le dice nuevamente:
“Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (RV60).
Es muy difícil que una familia cristiana, que haya creado el hábito de la devoción con Dios como grupo, no haya resistido firme los vientos huracanado que en ocasiones surgen, queriendo destruir en ese pequeño grupo social, la paz, la armonía y la felicidad.
La mejor valla de seguridad tras la que la familia puede protegerse, esla vida de devoción familiar. Dijo el escritor y predicador Tony Hancock, lo siguiente:
“El altar familiar refleja el compromiso familiar con el Señor”. 6
Nos identificamos con esta declaración del predicador Hancock, por la gran verdad que encierra: Los cabezas de familia que no se ocupan de celebrar la devoción familiar, muestran un bajo nivel de interés por el bienestar espiritual de su familia.
Rex Hackson, en su libro: Matrimonio y Hogar, nos dice:
“El hombre debería tomar el papel de sacerdote de su familia. Establecer el culto familiar es todavía la responsabilidad del padre. Cuando los padres e hijos leen la Biblia y oran juntos regularmente, crecen en el Señor, en el conocimiento y en el amor mutuo. Este tiempo, al cual muchos llaman altar familiar o culto familiar, es una parte importante en el crecimiento del niño”. 7
La bendición de la devoción con Dios, no solamente llega a los hijos, sino que también alcanza al esposo y a la esposa y a los hermanos y hermanas. La devoción con Dios en familia afecta positivamente a todos los integrantes del grupo.
Está comprobado que la devoción familiar contribuye a la paz y la armonía en la familia y abajar casi a cero el índice de divorcio. El Dr. Houwse Kervin, en su libro Guía para la Familia, nos dice que el Dr. Sorokim Pitirrin, de la Universidad de Harvard en una encuesta que éste realizó sobre las causas de divorcio en los Estados Unidos descubrió que: “Donde se celebra la práctica familiar de estudio bíblico y oración, hay un solo divorcio por cada 1,015 matrimonios. 8
La familia cristiana de hoy debe buscar los recursos espirituales que Dios pone a disposición de los creyentes, para poder resistir en los días malos. En Ef. 6:10-18, el apóstol Pablo nos da a conocer dónde está el arsenal divino para armarnos bien, y poder resistir los fieros ataques de Satanás, y salir victoriosos contra todos sus ataques.
Con la ayuda del Señor podemos lograr tener familias sanas y saludables. Gracias a Dios por las tantísimas que hay, que pueden servir de ejemplo de otros. Pero, además, aquellas que no marchan del todo bien pueden cambiar favorablemente sus condición con la ayuda del Señor.
Citas
- Bello, Valenzuela, Silverio Manuel, Ética Pastoral para el Ministro de Hoy: Editorial Publicaciones Libertad, pág.46.
- http://www.congreso.gob.pe/I_organos/mujeres_parlamentarias2009/imagenes/Ley_27306.pdf. Acceso del 7 de octubre del 2013.
- 3. www.interrelaciones.com/MUJERES/violenciadomestica. Acceso del 11 de octubre del 2013.
- www.google.com/xiomarasantacruz/clasificion/violenciaintrafamiliar/institutodelamujer/Santiago/chile, Mayo del 2011.
- Ibid
- Tony, Hancock Tony: http://www.sigueme.net/sermones/296-el-altar-familiar. Acceso, 18 de nov. 2020.
- Rex Hackson, Matrimonio y Hogar: Editorial Vida, página 96.
- Dr. Houwse Kervin, Guía para la Familia: Editorial Asociación Publicadora Internación, Sto. Dgo, pág. 70.